El Tottenham solo fue rival para el Chelsea durante los primeros 45 minutos. En los segundos, los 'spurs' se vieron superados en todos los aspectos por el equipo de Tuchel, que volvió a demostrar que es una máquina perfectamente engrasada y afinada para conseguir la victoria 0-3.
El Tottenham le propuso al Chelsea un partido de poder a poder. Y por eso el primer tiempo fue pura Premier League. El centro del campo de unos y otros, testimonial, dos boquetes por los que el balón pasaba a toda velocidad, de la defensa a los delanteros sin escalas.
La acción, en las inmediaciones de ambas áreas, aunque sin excesivo trabajo para Lloris o Kepa, hoy titular por la lesión de Mendy. Fue un primer tiempo vibrante, de los que nos gustan. Solo faltaron los goles.
Pero estos estaban reservados para la segunda parte. Tuchel tomó buena nota de lo que había pasado en la primera e hizo un cambio. Dejó en la caseta a Mount y metió a Kanté. Cambió la creatividad por el músculo. Y ahí ganó.
Ya que no se iba a jugar en el centro del campo, había que tener el control de la medular. De ese modo el Chelsea podía seguir atacando sin que su rival le pudiera jugar a eso mismo. Nuno no supo contestar a ese cambio táctico y pronto el Tottenham se vio superado.
Córner tras córner, los 'spurs' sufrían. Y en el 49' los 'blues' engatillaron el primero. Marcos Alonso la puso en el área y Thiago Silva remató perfecto para romper la igualada.
El gol fue un revés del que el Tottenham no se repondría, y el gol de Kanté, con la colaboración de Eric Dier, quien minutos antes había salvado bajo palos una clarísima, fue la puntilla. El francés remató, el de Cheltenham metió el pie y cambió por completo la dirección del balón. Lloris solo pudo mirar cómo pegaba en la cepa del poste y entraba.
Con 0-2 Nuno movió el banquillo, y metió a Bryan Gil para darle alegría a su ataque. No se notó especialmente su entrada, pero sí volvió a merodear el área de Kepa el Tottenham, pero más porque el Chelsea se estaba tomando un respiro que por sus propios méritos.
No se logró meter el Tottenham de nuevo en el partido con un gol, y el Chelsea pasó a buscar de forma descarada el tercero. Metió Tuchel a Werner, y de su sociedad con Lukaku llegaron grandes ocasiones.
Pero tuvo que ser Bakayoko, tras el enésimo córner a favor, quien rematase, asistido por Timo Werner, cruzado y ajustado a la cepa del poste, el 0-3, ya en el tiempo añadido.
Cierra el Tottenham con esta derrota una semana para olvidar, y el Chelsea se pone líder de la Premier, empatado a 13 puntos con Liverpool y United. El vigente campeón de Europa presenta, si es que no lo había hecho antes, su candidatura al trono del City.
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