Italia ha mostrado un muy buen nivel en la Eurocopa. Juega un fútbol ofensivo y organizado, además de batir varios récords. Roberto Mancini ha propiciado ese desempeño. Junto a él tiene a su amigo de toda la vida, Gianluca Vialli, quien es un sobreviviente del cáncer.
Luego de eliminar Austria se fundieron en un abrazo que le dio la vuelta al mundo. "Me trajo viejos recuerdos y emociones de cuando jugábamos juntos", dijo un sonriente Vialli.
Tienen la amistad que a todos les gustaría. El vínculo de Mancini con Vialli es tan fuerte que cuando el antiguo propietario de la Sampdoria, Paolo Mantovani, compró dos perros, los llamó Roby y Luca. "No sé si es un cumplido, pero es verdad", se rió Vialli.
Fue en la Sampdoria donde los "gemelos del gol", como se le llamaba a esta dupla de atacantes, experimentaron el mayor éxito conjunto. Pero luego vinieron meses de dolor.
Roberto Mancini no jugó ni un minuto en el Mundial de 1990. Vialli lo tuvo aún peor cuando se lesionó la ingle antes del torneo y luego contrajo bronquitis. Por lo tanto, el que se convertiría en goleador de la Copa, Salvatore Schillaci, fue convocado.
Vialli estaba enojado y le prometió al propietario Mantovani que la próxima temporada llevaría a la Sampdoria al título. Y cumplió su promesa. Con diecinueve goles, también fue el mejor anotador de la Serie A. Mancini lo secundó con doce goles. Hasta el día de hoy, es el único título en la historia del club.
"Robert y yo siempre dormíamos juntos en la habitación en las concentraciones, pasamos momentos de alegría y dolor juntos, logramos un gran éxito y igual de viejos. ¿Cómo no ser amigos? ”, explica Vialli.
Cuando Roberto Mancini se hizo cargo de la selección italiana, era natural que Vialli se convirtiera en miembro del cuerpo técnico. En 2018, el director de la federación italiana de fútbol, Gabriele Gravina, le ofreció la oportunidad de trabajar para la escuadra azzurra.
"Cualquier motivo para pasar tiempo con Robert es un buen motivo", contestó Vialli en ese momento.
Estaba muy preocupado. Los médicos le diagnosticaron cáncer de páncreas. Una de las formas más agresiva de esta enfermedad.
"No luché contra el cáncer. Es un oponente demasiado fuerte. Lo tomé como que estaba en mi camino por la vida y el cáncer se me había unido como un compañero molesto. Mi objetivo era seguir adelante para que este se aburriera y me dejara en paz”, dice Vialli, que ahora lo ha superado.
El oponente de hoy de los italianos, Bélgica, ciertamente no quiere ser un episodio más en este asombroso cuento de hadas.
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