Kasper Dolberg fue la gran figura de Dinamarca al marcar doblete en la victoria 4-0 sobre Gales por los octavos de final de la Eurocopa.
Dolberg tiene 23 años de edad y actualmente milita en el Niza de Francia.
En su corta carrera el delantero ha tenido que vivir situaciones complicadas, tal como lo reseña un artículo presentado en el diario AS de España.
Después de unos años brillantes en el Ajax en los que parecía llamado a ser un jugador de un gran futuro en el fútbol europeo, a Kasper las cosas en el Niza no le han salido tan bien.
El proyecto de Ineos en el fútbol francés apostó fuerte por él, pero la mala suerte y todo tipo de desgracias juntas han impedido verle al nivel que sí demostró en en el duelo de octavos de la Euro ante los galeses.
Han sido 18 meses realmente duros. Todo comenzó con la noticia que hizo alterar la paz del vestuario del Niza, al poco de llegar Dolberg al club. Un reloj valorado en 70.000 euros le fue sustraído al jugador mientras se encontraba en las instalaciones, algo que enseguida hizo sospechar de algún miembro del club o de sus propios compañeros.
Las cámaras de seguridad confirmaron que fue otro futbolista, Fadiga, quien se lo robó. La decisión del Niza fue inmediata: mandarlo al París FC y depositar su confianza en Dolberg, pese a que el inicio no había sido el mejor posible posible.
En su primer año en el club hizo 11 goles, menos de los que se pensaba. En la segunda, la que acaba de concluir, se quedó en seis. La falta de confianza y los problemas se le fueron acumulando al jugador. Primero pasó el COVID, que le frenó en seco; después tuvo que ser operado de apendicitis, otro contratiempo inesperado. Una serie de malas noticias que no hacían presagiar una buena Eurocopa. Sin embargo, la lesión de Poulsen, más la suplencia de Wind, le hicieron titular y él respondió como antes: marcando goles y siendo decisivo.
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