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Desde hace algunas temporadas, el miedo a perder la poseción del balón en el fútbol español ha resultado en la reducción paulatina del regate. La busqueda del uno contra uno escasea porque las propuestas de control máximo buscan reducir el margen de error al mínimo.
El exjugador argentino Martín Posse, extremo en Vélez Sarsfield, Espanyol y Tenerife, traza el diagnóstico: “Es cierto que cada vez hay menos jugadores que busquen el uno contra uno. En España, se ha progresado mucho en la cuestión táctica en los entrenamientos y eso ha derivado en un fútbol más organizado. El regate es callejero, de barrio, y es algo muy difícil de enseñar; ya que el atrevimiento, el desparpajo y la picardía te los da la calle, no el entrenamiento”.
Los extremos que pisan, encaran y buscan superar al lateral rival se han apagado, hasta el punto de obligar a los clubes españoles a importar el talento extranjero; especialmente de Sudamérica, uno de los últimos reductos del fútbol salvaje, libre, callejero. Al fin y al cabo, pocas acciones tienen tanto valor a la hora de generar ventajas como el regate.
Y es que el recurso individual bien entendido en el tiempo y el espacio idóneos parte líneas de presión, desestabiliza sistemas defensivos y merma la confianza del defensor como ninguna otra acción del juego.
De hecho, los datos del portal Fbref, demuestran que LaLiga se sitúa como última clasificada en el apartado de regates que preceden a un disparo entre las cinco grandes ligas nacionales.
¿Se han perdido el fútbol de calle y la pillería?
Continua Posse: “Yo vine de Argentina y veía que allí los niños le dedican más horas al fútbol en el barrio y aquí, en cambio, vivimos en una sociedad más estructurada. Los entrenamientos van enfocados a la táctica y no al juego y la diversión en sí. Los que tuvimos calle y jugamos en las canchas de tierra nos vimos obligados a adaptarnos a las piedras, los espacios, unas pelotas que pesaban más que otras, y eso hizo que surgiera el ingenio y nos buscáramos la vida. Hoy en día, los chicos no tienen la cantidad de horas que nosotros le dedicamos en la calle”.
La pregunta se traslada a quienes más sufren las aventuras individuales: los laterales. El campeón del mundo Joan Capdevila respalda la teoría del albiceleste: “Echo de menos al típico jugador regateador. Ahora, el fútbol es toque y combinaciones y equipos que se cierran atrás. Creo que lo mejor sería una mezcla, porque el jugador que gana el duelo genera ventajas en el regate. Sobre la falta de horas en el barrio, el lateral explica: “Un niño antes no tenía campos para entrenar en perfectas condiciones y ahora están llenos de comodidades”.
Carles Martínez, exentrenador de la cantera del Barça y el Espanyol, ofrece su punto de vista. "Se ha perdido el regate y se ha ganado en aspectos tácticos defensivos. Ahora se defiende más junto, y esto provoca que no se den situaciones de uno contra uno. Si tienes un buen regateador, tiene que regatear porque puede generar que el rival tenga miedo, alglutine defensas para evitar la progresión y se generen espacios para otros compañeros".
¿Se limita la libertad del futbolista joven? El técnico formador revela: "A veces sí. Les enseñamos a pensar mucho y tomar muy buenas decisiones y, con ello, les quitamos puntos de libertad y atrevimiento. A los entrenadores nos da miedo el uno contra uno, porque se producen pérdidas y si la pierdes, te pueden enganchar al contragolpe y cogerte abierto. Esto origina técnicos poco valientes".
Posse, exentrenador de la Damm, una de las canteras más prestigiosas en Cataluña, cuenta: “Es muy difícil ver un campo de tierra hoy en día, y a ello se le junta que los chicos aprenden más táctica que nosotros en su día. Nosotros llegábamos por condiciones a la élite, pero aprendíamos tácticamente en Primera. Ahora se le da mucha importancia a la posesión, el cuidado del balón, y eso hace que el chico tenga mejor control y pase y no se la juegue tanto en el uno contra uno por la falta de libertad. Yo pienso que es un error, porque hay que jugársela y enseñarles cuándo hacerlo. El regate es un recurso que uno debe tener y que no se enseña, se descubre a través del juego".
Por último, Capdevila afirma: "Algunos entrenadores se creen que se ganan partidos con la posesión. A mí me gusta que los equipos sean atrevidos de tres cuartos hacia adelante y si se tienen que perder balones regateando, que se haga. Yo no creo que el Barça de Guardiola haya marcado un antes y un después en el deporte español. Creo que el fútbol evoluciona y ahora el jugador es más combinativo".
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