Luego de perder de visita en Alemania contra el Leipzig los cuestionamientos al PSG no tardaron en llegar. France Football publicó un artículo y cuestionó el estado físico del campeón francés.
Los parisinos ya suman dos derrotas en tres fechas y se complican en su objetivo para meterse a octavos de final de la Champions.
Aquí la nota de France Football titulada: ''Condición física desastrosa, entrenamiento incómodo y comunicación peligrosa: cómo el PSG se quemó en unas pocas semanas''.
Derrotado en Leipzig el miércoles (1-2) al mostrarse incapaz de aguantar física y mentalmente durante más de media hora, el PSG muestra en todos los niveles esta temporada un nivel lejos de los requisitos europeos. Y se embarcó en un callejón sin salida.
Habían pasado dos meses y medio entre la semifinal de la Liga de Campeones de ida entre PSG y RB Leipzig, el pasado 18 de agosto (3-0), y el preciado éxito obtenido por el club alemán ante el vigente campeón de Francia, el miércoles (2-1). Entonces, ¿qué sucedió mientras tanto para presenciar tal brecha física y técnica durante la duración del juego el miércoles por la noche?
Incapaces de seguir el ritmo sostenido de la primera media hora, los parisinos se lanzaron por completo contra un equipo coherente, inteligente y paciente. Esta no es la primera vez en las últimas semanas que Marquinhos y sus socios se han agrietado en este punto, lo que sugiere que su preparación física ha sido, en el mejor de los casos, truncada, en el peor, descuidada. Qué importa en última instancia, porque la observación es la misma: tan pronto como sube el nivel, no pueden responder.
El atajo es fácil de establecer entre esta impresión visual y fáctica, y la semana de baja que pasó parte de la plantilla en Ibiza tras la final de la Champions League, varios casos de Covid-19 a raíz y una avalancha de fallos físicos desde entonces. Entonces, ¿quién tiene la culpa? ¿A ciertos jugadores que tardaron en comprender que la secuencia de estas dos temporadas requeriría organizaciones meticulosamente preparadas? ¿A un personal que olvidó que la recuperación por sí sola no sería suficiente para llegar hasta el final? ¿A una gerencia que no ha podido llenar los muchos vacíos dentro de una fuerza laboral que ya está de rodillas después de menos de dos meses de competencia? Los errores son obviamente compartidos, incluso si el entorno narrativo ya ha encontrado a su culpable ideal.
El desgaste es palpable últimamente cuando Thomas Tuchel acude a los medios para justificar sus decisiones y (tratar de) aclarar su futuro. A veces efectivo, pocas veces hábil, muchas veces irritante, el técnico alemán se perdió en su comunicación, ofreciendo comida para moler a los detractores que lo culpan de casi todo, y también de cualquier cosa. Repetir que el ex entrenador del Borussia Dortmund prepara sus partidos sin un plan preciso o construye su equipo pensando solo en su director deportivo es ingenuo en el mejor de los casos, deshonesto en el peor.
El técnico bávaro se ahogó rápidamente en sus justificaciones, que se pueden entender por mantener al brasileño en el medio campo, y mucho menos por instalar al portugués en bisagra central. ¿Se queja de las lesiones y del horario demencial? Tiene razón, pero no debería esconderse mucho detrás de estas preocupaciones. Aunque algún técnico se sentiría frustrado por no haber podido conjugar los dos pilares de su creación ofensiva, Neymar y Verratti en este caso.
¿Tendrá la oportunidad de volver a juntarlos en el campo? El brasileño y el italiano reanudarán la competición tras el parón internacional, y existe un claro riesgo de que Thomas Tuchel esté destituido para entonces.
Los dueños del PSG, su director deportivo y las finanzas del club tienen la respuesta. Leonardo sin duda está preparando el post-Tuchel. No había dudado en aplastar públicamente a su entrenador tras una victoria por 6-1 el mes pasado, por lo que es poco probable que dos reveses adversos en tres partidos de la Liga de Campeones lo inviten a medirse.
Fuente: France Football