El volante de recuperación, Aurélien Tchouaméni, se convirtió en nuevo fichaje del Real Madrid. Es internacional absoluto con Francia desde 2021, con la que se proclamó campeón de la Liga de Naciones ese mismo año.
Las estadísticas del pasado curso en las cinco grandes Ligas europeas han cargado de argumentos a la entidad del Bernabéu para cerrar el fichaje de un futbolista galo que se ha colado ya, con apenas 22 años, entre los grandes especialistas del continente en la posición de pivote, una de las más específicas del fútbol moderno.
No es sólo que Tchoauméni aguante la comparación con las grandes estrellas europeas en la demarcación, sino que en algunos casos hace palidecer los números de futbolistas de la talla de Kimmich, Fabinho, Kanté o Rodri, todos ellos entre los mediocentros más valorados de Europa.
De hecho, los números del nuevo jugador del Madrid sólo son superados por otro maestro de la posición, el barcelonista Sergio Busquets, si bien el azulgrana ha jugado un partido de Liga más que el internacional francés. En cualquier caso, las diferencias son mínimas, con la excepción de los balones aéreos, una suerte en la que el galo aún puede mejorar con sus 1,87 metros.
En este sentido, resulta interesante comparar sus números con los de Casemiro, el jugador con el que en teoría llega para competir directamente. El brasileño se impone en las disputas aéreas (152 por 110), pero al francés se lleva los duelos, las recuperaciones, los tackles exitosos y las interceptaciones. Es precisamente en este punto estadístico donde más brilla Tchouaméni, con 101 acciones exitosas en 35 partidos, muy por encima del resto de jugadores analizados. Busi tiene 45 y Casemiro, 38, por poner dos ejemplos de la Liga.
El trabajo defensivo del hasta ahora jugador del Mónaco ha sido una de las sensaciones de la temporada en la Ligue 1, donde el dominio abrumador del PSG apenas permite fijar el foco lejos del Parque de los Príncipes. En cualquier caso, su desempeño le ha abierto de par en par las puertas de la selección absoluta, un paso que, por ejemplo, aún no ha logrado dar Eduardo Camavinga a pesar de su más que notable primer curso en el Madrid.
Con todo, en el caso de Tchouaméni hay aún una laguna a corregir, que de algún modo comparte con el ya madridista. Se trata de su propensión a ver cartulinas amarillas, consecuencia de su intensidad defensiva, de las condiciones especiales de su puesto y de una impulsividad que, también en el caso de Camavinga, debe ir corrigiéndose con el paso de los años. Fueron en total 12 amarillas en 50 duelos para el pivote francés, un aspecto sin duda a corregir.
Fuente: Diario Marca
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