Buscar en Google:

En el ocaso de su carrera Marcelo no tiene la confianza de Zidane para jugar de lateral

Zinedine Zidane tiene claro que no cuenta con Marcelo para jugar como lateral. El brasileño conserva el toque, control, pase y la clase. Tiene vocación de llegador al área, finalizador de jugadas con disparos con ambas piernas. Pero el técnico merengue demostró contra el Getafe, en un partido con demasiadas bajas, que no confía en Marcelo ni está entre sus prioridades en labores defensivas. 

La exigencia es otra cuando hay que recuperar la posición, anticiparse a los balones divididos y tapar los espacios. Marcelo es inconsistente en defensa y todavía aprovechable si se trata de que el equipo tenga más posesión de la pelota y meta una velocidad más en los últimos metros del campo. Para subir y bajar, darle toda la banda, no cuenta. No está para ese tipo de sobreesfuerzos un futbolista que se fatiga y que va a vivir los últimos años que le queden en el fútbol de sus habilidades con la pelota más que de duro marcador. 

Marcelo, con 32 años, apura su carrera en el Real Madrid con la certeza de que es imposible que vuelva a jugar de lateral un partido de los denominados grandes. Ha perdido velocidad, resistencia y potencia. El desgaste, la competencia y la inactividad son obstáculos difíciles de contrarrestar. Marcelo, por su polivalencia y la confianza de Zidane, encontró sitio en el partido contra el Getafe como falso centrocampista. Jugó metido entre líneas, en un sistema de emergencia con el que Zidane decidió alinear tres centrales (Nacho, Varane y Mendy) y colocó a Marcelo con funciones de constructor y llegador. Unas veces tenía que ofrecerse para elaborar y hacer progresar la jugada y en otras ocasiones conducía la pelota y arrancaba para llegar a posiciones donde poder finalizar o poner un centro.

En la nueva estructura del equipo, el brasileño fue más un recurso ofensivo que defensivo. Este es el final de carrera que le espera a Marcelo. Sus últimos coletazos los tendrá que dar en posiciones del campo donde encuentre un sistema que le proteja defensivamente y permita que haga fluir el juego con su calidad y talento. De lo contrario, regresar al lateral, supondrá que volvamos a ver las carencias físicas y limitaciones en una demarcación que exige correr, recuperarse y ser uno más para compactar la defensa.

Marcelo ha dejado de ser fiable en el lateral para Zidane, pero el técnico encontró la manera de encajarlo. Pudimos disfrutar de su fútbol diferencial con la pelota, adelantando metros, pero también teniendo enfrente un rival menos intenso de lo habitual. “Marcelo está metido y quiere aportar”, comentó el entrenador del Real Madrid tras el partido contra el Getafe. Es el reconocimiento de que el brasileño está poniendo todo de su parte para volver a tener minutos y trabaja con la humildad de darse cuenta que sus mejores años han pasado. 

En un escenario de enormes dificultades para el técnico, con la cantidad de bajas por lesiones, el plan no pasó por devolver a Marcelo al lateral y ordenar el equipo como más le gusta. Con cuatro defensas que podían haber formado la línea Mendy, Nacho, Varane y Marcelo. Zidane entendió que era mejor que Mendy, en lugar de desplazarlo al lateral derecho, jugará en el costado izquierdo por detrás de Marcelo. Ferland Mendy es omnipresente. Marcelo, no.

Marcelo siempre ha tenido vocación de extremo, pero a la vez, comentaba a todos los entrenadores que le preguntaban por su posición ideal que “yo prefiero jugar de lateral”. El primero y el que decidió que podía jugar de interior fue Juande Ramos, que en la temporada 2008-09 adelantó su posición y vimos la versión más vertical y desequilibrante del brasileño. Han pasado 13 años desde que viéramos al brasileño como interior y ahora Zidane recupera esta idea con el objetivo de aprovechar lo que quede de Marcelo.

 

MÁS INFORMACIÓN

Chelsea sella boleto a cuartos de final en la FA Cup

Duarte y Levante empatan en casa del Bilbao por semifinal de ida en la Copa del Rey

Neymar: "Me entristece escuchar que tengo que ser golpeado, no sé cuánto podré soportarlo"