La Selección de Nicaragua recibió un golpe muy duro al caer contra Guadalupe en el repechaje por clasificar a la Copa Oro 2025.
El conjunto pinolero cayó de visita 0-1 y perdió por el mismo marcador en casa.
Edgar Tijerino, periodista nicaragüense con amplia trayectoria, hizo un análisis de la eliminación de su país. Un resultado sorpresivo.
Aquí la columna de Tijerino
SIN GOL, ES IMPOSIBLE
Nicas fuera de Copa Oro
Se perdió 1-0 con Guadalupe (2-0 global), y nuestra Selección de futbol ha quedado fuera del escenario de la Copa de Oro, por ahora, el techo más alto para las pretensiones pinoleras… Duele por supuesto, y mucho; duele, porque considero que hoy se podía ganar, y se volvió a perder; duele, por esa terrible falta de gol aún jugando un tiempo contra 10 hombres en el primer duelo, y esta noche mostrando mejoría sobre todo en llegadas y disparos; duele, porque se sigue siendo vulnerable en el vecindario frente a rivales de nuestro tamaño o menores, y éste Guadalupe lo es; duele, porque es otro arponazo a largas ilusiones con soporte. Sin gol, es imposible cualquier intento de remontar.
En el primer tiempo que terminó 0-0, Guadalupe solo realizó un tiro a gol, por 8 de Nicaragua, que además, mostró un mejor manejo después de un inicio lento y fallos constantes en entregas largas rasantes desde atrás. Todavía no entiendo a que juega Guadalupe, pero comprobé que con fuerza y rapidez, le sacan ventaja a la confusión, a la precipitación, al apuro. Sin embargo hoy, no desorientaron al equipo nica, pero su cobertura defensiva respondió a las múltiples exigencias, sobre todo en el segundo tiempo cuando Nicaragua intentó acelerar necesitando más orden. Ese empeño, fue “acuchillado” por ese cañonazo de derecha, seco y mortífero, que trazó Raphael Mirval en el minuto 64 después de la disputa de un balón dividido. No era suficiente el tiempo pendiente para ir en busca de los tres goles necesarios en intento de sobrevivir, ni siquiera de 2, siendo realistas.
El arquero Cognar fue figura como lo muestran las estadísticas en disparos y tiros de esquina. Pero una y otra vez, las arremetidas nicas eran frustradas. Esos dos tiros libres de Bonilla, ahora disponiendo de mayor espacio para moverse y hacerse sentir, uno ligeramente desviado que pasó sobre el travesaño en el minuto 20, y el otro, de veloz curvatura rebotando contra la escuadra superior derecha, fueron grandes aproximaciones “congeladas”. La utilidad de Araúz fue llamativa, así como la experiencia de Barrera para atraer marca, ir a los espacios y hacer entregas. Ese centro de Quijano en el minuto 47 con doble remate fallido, provocó un aullido de lobo en las tribunas. Hubo esfuerzo de todas las piezas, pero los aciertos en el último cuarto de cancha, fueron escasos.
Una atajada de Vega, evitó el tiro de gracia. Futbolísticamente, Guadalupe casi no se ve. Atleticamente son más fuertes y corren, pero con la pelota van al atropello. Y nosotros, seguimos en el mismo nivel de rendimiento, que no es suficiente para salir a flote. Lamentablemente. Hace falta mucha caña que moler.