Valentina Baggio, hija de Roberto Baggio, leyenda del fútbol italiano, contó una emotiva anécdota sobre su padre.
La relación entre ambos es muy cercana.
Roberto se retiró en el 2004. Actualmente tiene 57 años de edad.
Aquí el relato de Valentina:
"Mi madre siempre decía que tenía los ojos grandes como los de mi padre… y siempre lo he querido más que a mí misma. Recuerdo que en la Copa del Mundo de 1994, mi padre llamó a mi madre después del primer partido contra Irlanda, diciéndole: ‘Ven… te necesito.’
Llegamos el día del partido contra Nigeria, y fuimos directamente al resort... Cuando lo vi en el pasillo, corrí a sus brazos y le dije: ‘Papá, te extrañé… Creo que me he enamorado de ti. Ese día, marcó ese gol al final del partido y me lo dedicó. Todavía me imagino cómo me buscaba en las gradas, y luego, después del partido, estaba en sus brazos. Los periodistas me preguntaron:
‘Tu padre es el más fuerte del mundo… sabemos que es el mejor.’
Siempre lo seguimos donde quiera que fuera. Recuerdo el verano de 2000, cuando mi padre estaba peleando durante el entrenamiento con su entrenador. Ese verano, fui a verlo y pude ver la decepción en sus ojos. Me di cuenta de que ya no podía controlar sus rodillas... Siempre había sufrido dolores en ellas.
Desde que se retiró, los domingos ya no son lo mismo sin él. Extrañamos la emoción de verlo correr hacia el gol, driblar al portero lentamente y luego... ¡Boom! Qué alegría cada vez que marcaba un gol, gritábamos como locos...
No ha jugado al fútbol desde que se retiró. Incluso cuando juega con nosotros en el parque, se rinde después del segundo regate. Sufre un dolor intenso en sus rodillas y espalda, y tiene miedo de hacerse daño. Una de las cosas que realmente me duele es verlo roto.
Cuando era jugador, le dije: ‘Papá, hagamos la operación, te daré mis rodillas, las pondré en titanio, no las necesito.’
Él me pedía que dejara de decir eso...
Pero realmente se las habría dado.”