La Selección de Italia derrotó este domingo a la de Ecuador por 2-0 en un partido amistoso disputado en el Red Bull Arena de Nueva Jersey, en Estados Unidos.
La vigente campeona de la Eurocopa tachó su segundo compromiso de este parón con otra victoria, pero, como la que cosechó ante Venezuela, no convenció.
De hecho, la 'Tri' mereció el empate, sobre todo en una segunda mitad en la que la 'Azzurra' fue inferior de principio a fin y abandonó todo lo que había hecho bien en el primer acto. Su mayor acierto residió en adelantarse a los 3 minutos por mediación de un zapatazo de Lorenzo Pellegrini desde la frontal. El 'giallorosso' recogió el rechace de un tiro de falta de Dimarco y, con un derechazo seco, batió a Burrai.
De no ser por esta diana, es bastante probable que los europeos hubieran sufrido bastante más para hacerse con el triunfo. Su propuesta dependió en exceso de la inspiración de Pellegrini, el más acertado del grupo en los 45 minutos iniciales -fueron 48 por el alargue-. Se basó en aprovechar los muchos espacios que sus rivales dejaban a la espalda de su línea más retrasada, tan valiente que suponía un problema a la retaguardia de sus laterales, especialmente de Angelo Preciado, con una carga de trabajo ofensiva notable, como la de Pervis Estupiñán.
Con esta dinámica, las combinaciones italianas ganaban peligro cuando se producían en derredor del círculo central y esperaban a que los zagueros de Ecuador saltaran de sus demarcaciones iniciales. Entonces, un balón rápido en profundidad podía causar estragos a los de Félix Sánchez, que corrigieron sus posiciones en el segundo acto, aunque podrían haber encajado más de un tanto antes por no cambiar de idea con mayor celeridad.
Lo hicieron ya en el tiempo de descuento, cuando Nicoló Barella puso la guinda de una contra relámpago lanzada por Orsolini. El '7', uno de los revulsivos del cuerpo técnico del país de la bota, pasó el balón entre las piernas de un defensa para dejar solo a su compatriota, que aplicó una picadita genial en fin de superar a Burrai y amarrar un 2-0 engañoso. No es engañosa, eso sí, su templanza , indiscutible por concluir así esta jugada.
Difícilmente sonreirá demasiado Luciano Spalleti contemplando los resultados de sus dos compromisos de este parón. Siempre es positivo recabar victorias, pero habría sido más esperanzador de haberse confirmado una riqueza táctica, una superioridad o una capacidad en la conversión de goles mayores. Los suyos no hicieron lo que tenían que hacer cuando dominaban y se vieron perdidos cuando fueron a menos.
En el primer acto, en el que sí que gobernaron, no fueron capaces de proponer una salida de pelota limpia y tranquila desde atrás para aprovechar el diferencial de calidad entre las dos plantillas. Si bien es cierto que el grupo sufrió de numerosas faltas, son estas las que confirmaban que, en los compases iniciales, los latinoamericanos no contaban con más recursos que estas interrupciones para frenar a los del Viejo Continente.
Moisés Caicedo llegó a desesperar a sus rivales, ante los que se pasaba de frenada prácticamente en cada porfía por la pelota. Él y sus compatriotas llegaban tarde a los duelos, no podían progresar desde su área sin que la presión alta de la 'Azzurra' les supusiera un escollo demasiado alto para avanzar y debían levantar sus esperanzas con balones en largo ante los que Alan Minda, que acabó el partido lesionado y saliendo en camilla, siempre se encontraba demasiado solo.
Pocos se salvaron del carrusel de patadas, del que hay que alejar a Gonzalo Plata, de los más destacables de su combinado nacional en la toma de decisiones. Cuando veía que meter el pie iba a salirle demasiado caro, lo recogía antes de toparse con una pierna italiana. Tan solo alargó la rodilla cuando consideró que había opciones de recuperar la posesión, gracias a los que amargó a algún contrincante como Zaniolo.
En la segunda parte, Ecuador corrigió tanto lo adelantado de su línea defensiva como esta diferencia por las faltas, así que pasó a ser el equipo dominante. Italia, en cambio, abandonó la solución que cualquier aficionado habría imaginado de amasar la posesión y apoyarse en su calidad. El resultado, un tramo agitado en el que la 'Tri' debería haber empatado, pero en el que, asumiendo que esto podía pasar ante un panorama agitado, encajó la sentencia y terminó derrotada por 2-0.
