Con un gol de Jovic y otro de Okafor en los últimos minutos, el Milan rubricó este sábado la remontada ante el Udinese (2-3) en un partido manchado por el racismo que sufrió el francés Mike Maignan, pues el meta 'rossonero'.
El guardameta se marchó del encuentro a la media hora por los continuos insultos que recibió de buena parte de la afición local, provocando la suspensión del duelo durante 6 minutos.
El resultado del partido fue lo de menos tras lo ocurrido en el Bluenergy Stadium-Stadio Friuli en el que se disputó el choque. El racismo volvió a ser el protagonista en un campo italiano y Maignan mandó un mensaje claro a todo el mundo. Avisó al árbitro y poco después, al ver que los insultos racistas no cesaban, se marchó al vestuario seguido por sus compañeros.
En ese momento, el partido iba 0-1 gracias a un tanto de Loftus-Cheek, que en el minuto 31, justo antes de los lamentables hechos, hizo bueno un pase de Theo desde el perfil zurdo que Giroud dejó pasar para facilitar la definición al centrocampista.
El parón agitó el duelo. Fueron 6 minutos de tensión con los jugadores del Udinese sobre el campo, algunos hablando con la afición pidiendo explicaciones. Volvió Maignan a los 5 minutos convencido por el resto de sus compañeros y el árbitro avisó de que, en caso de volver a repetirse los insultos, el partido sería suspendido de manera definitiva.
La amenaza a la afición del Udinese casi no tuvo impacto porque no tuvo tiempo casi ni de escucharla por megafonía. Pasaron menos de cinco minutos hasta que Samardzic encontró un balón en la frontal y lo colocó con sutileza inalcanzable para Maignan. Empate muy doloroso para el meta galo.
Estaba especialmente aturdido el Milan con todo lo sucedido y el Udinese se creció. Se llevó el empate al descanso y salió mejor en la segunda parte. Tanto que se puso por delante con un gran gol de Thauvin, que aprovechó el error de Theo Hernández en el área propia, incapaz de hacerse con el control del balón en un error impropio y que sucede pocas veces en sus botas.
La remontada se dio entre comunicados de condena del racismo del Milan y de la Serie A. El partido parecía en manos de los locales, peleando por alejarse del descenso, pero el Milan consiguió abrirse paso ante la adversidad en un partido con mucha carga emotiva.
Primero, con el gol de Jovic en el 84, que empujó un disparo de Giroud que se estrelló en el larguero y que se quedó en la línea; y poco después, sobre la bocina, en el 94, con el definitivo de Okafor, que cazó en el corazón del área un balón peinado por Giroud para desatar la locura en el seno milanista.
Remontó el Milan un partido que pareció tener perdido, un duelo en el que el racismo fue, lamentablemente, el protagonista.