Un aficionado del Crystal Palace ha sido castigado con 3 años apartado de cualquier estadio de fútbol en Inglaterra por unos insultos racistas que profirió hacia Heung-Min Son en mayo de este año.
Se trataba de un encuentro de la jornada 35 de la Premier League y al aficionado se le pudo ver faltando al respeto al jugador surcoreano con gestos y palabras ofensivas.
En un principio, su condena fue liviana, lo que motivó al Tottenham Hotspur a recurrir la decisión ante la Football Association.
La primera determinación del organismo fue una asignación de 60 horas de trabajo comunitario y una multa de algo más de 1.000 euros.
Unos meses más tarde, se ha llegado a la conclusión de que lo mejor es añadir una prohibición de ingreso a las gradas que se extiende a lo largo de 3 temporadas. Recién conseguido este endurecimiento en la reprimenda, el club se pronunció para celebrarlo en un comunicado oficial.
El protagonista de todo este embrollo se llama Robert Garland. Es de Croydon, un municipio de Londres. Su identidad se ha podido saber a través de la prensa británica, pues los 'spurs' han preferido no dar a conocer su nombre. En este caso, se ha convertido en un claro ejemplo de la intención de las grandes ligas de responder con severidad ante cualquier situación de este tipo.
En aquel partido en el que Son soportó insultos y gestos racistas, el Tottenham se hizo con la victoria por la mínima con un solitario gol de Harry Kane. Después de la marcha del delantero al Bayern de Múnich, su excompañero asumió un rol aún más protagonista en el equipo y, esta temporada, está incluso peleando por el primer puesto de la clasificación. El catalizador, Ante Postecoglou, que ha sorprendido como uno de los entrenadores del momento en Europa.