Este sábado el equipo del Inter venció de visita 1-2 al Atalanta, mientras que el Udinese superó al AC Milan 0-1 en San Siro.
Ambos partidos correpondieron a la jornada 11 de la Serie A de Italia.
Inter comanda la tabla con 28 puntos. Juventus, que juega el domingo en casa de Fiorentina, marcha en la segunda casilla con 23 unidades.
Milan quedó con 21 puntos en la tercera posición.
FIRME EN LA PUNTA
Ganador de cada uno de sus 5 partidos como visitante, el Inter reforzó su liderato de la Serie A con una victoria de altura en un terreno de suma exigencia, el estadio Gewiss de Bérgamo, donde superó a la Atalanta con un discutido penalti, un golazo de Lautaro Martínez y una parada en el tramo final de Yann Sommer para trasladar la presión a sus rivales directos (2-1).
A la espera del desarrollo del resto de la jornada, son 5 los puntos de ventaja sobre el 2º de la tabla, la Juventus. La 'Vecchia Signora' visita, este domingo, a la Fiorentina, pero los 'nerazzurri' la demostración de la firmeza del líder, que ha ganado 9 de sus 11 retos en este curso en el campeonato italiano con 4 triunfos en sus últimas 5 citas.
No es fácil ganar en Bérgamo. No había perdido la Atalanta en todo este curso en su campo. Ni en la Serie A ni en la Europa League. De hecho, ni siquiera había encajado un solo tanto ante su público hasta este sábado, hasta la visita del Inter, que no ganaba allí desde 2018 y que tan solo ha vencido en sus visita a ese rival en 4 de sus últimos 24 duelos allí.
Sin apariciones apenas todo el primer tiempo de Thuram y Lautaro Martínez, inofensivo el Inter, replegado a la espera de la Atalanta, un penalti aclaró su horizonte. Discutida y discutible la pena máxima, porque Darmian iba muy apurado, porque la jugada pareció más fortuita, propia de la inercia de la acción, y porque la pelota ya se escapaba por la línea de fondo, al menos en esa dirección, cuando Juan Musso derribó al jugador visitante.
El árbitro, Simone Sozza, lo señaló de inmediato. El VAR no lo rectificó. Hubo contacto. Sin duda. El problema es el momento en que hubo tal fricción. Si tenía trascendencia o no en el desenlace de la jugada, si es que seguía en marcha. La pena máxima la lanzó Çalhanoglu. No dio ninguna opción a Musso. Su impecable derechazo, potente, ajustado, fue inalcanzable.
Darmian había entrado 8 minutos antes al campo, como Benjamin Pavard. El futbolista internacional francés se dañó la rodilla izquierda en un choque. Atendido sobre el césped durante unos minutos; primero, se tumbó, inmovilizado, en la camilla para retirarse del terreno de juego; después, decidió salir por su propio pie. Fue sustituido. Las pruebas médicas determinarán el alcance exacto de la dolencia. Parece solo un golpe.
El 0-1 fue un punto de inflexión. El crecimiento del Inter desde entonces en adelante fue constante. Repuntado sobre el terreno, Çalhanoglu aún tentó el 0-2 antes del primer tiempo, con un zapatazo al que respondió Musso. Una evidencia. Todo había cambiado. Para el Inter, mucho mejor, y para la Atalanta, cuyo dominio pasó a la historia, tanto como su ocasión de Ruggeri tiempo antes fue simplemente una anécdota ya en el encuentro.
La reanudación reforzó aún más al líder de la Serie A. El partido ya fue suyo de forma indudable, mucho más presente en ataque, mucho más firme en defensa, insistente en su ofensiva, con la participación mucho más visible de Lautaro Martínez. Y, cuando el argentino entra en juego, casi siempre, sucede algo. Su primer cabezazo fue gol, anulado por fuera de juego. Su siguiente acción fue un golazo: el 0-2 con el que el Inter agrandó la diferencia.
El campeón del mundo controló el balón en el lado izquierdo del ataque, se internó por el vértice del área y soltó una rosca con la derecha perfecta, al otro poste, sin oportunidad para su compatriota de la portería de la Atalanta, batido de forma incontestable por el delantero, que marcó su decimotercer gol del curso en 14 partidos, 13 de ellos en la Serie A.
No fue la sentencia porque el propio Inter entregó el 1-2. En concreto, Di Marco, que aguantó la pelota, que se venció al suelo, quizá por el agarrón de Lookman, quizá no. El balón se lo llevó su rival, que centró al área para el remate a placer de Scamacca, para el 1-2, para reanimar un duelo al que aún le quedaba más de media hora. Es un mundo.
Lo sintió el Inter, que aguantó -realmente, sin demasiados sobresaltos- la ofensiva de la Atalanta con nada más una parada salvadora de Yann Sommer y que, incluso, dispuso de la opción del 1-3, en una jugada de Alexis Sánchez. Al borde del final, Toloi fue expulsado en los locales por doble amarilla, al cortar otro ataque prometedor de un líder reafirmado.