La ventaja de jugar en casa los Mundiales de Fútbol es muy grande. Pero no solo por el hecho de estar en casa, si no también sentirse como en casa.
Esta es la primera vez que el Mundial de Fútbol se lleva a cabo en el este de Europa, y la primera vez en seis ediciones en que dos equipos de esa parte del mundo llegan a los cuartos de final. Rusia y Croacia se enfrentarán en Sochi el sábado, emulando el logro de Rumanía y Bulgaria, que avanzaron a las semifinales en Estados Unidos 1994. Eso seguramente no es una coincidencia.
Por supuesto, a Croacia le ayuda tener a Luka Modric como su hombre principal. Ciertamente, a las selecciones no les va bien solamente por su ubicación geográfica. De esto no se deduce que todas las naciones sudamericanas prosperen en una Copa del Mundo efectuada en Sudamperica como pasó en Brasil 2014, así como no ocrurrió en esta ocasión con Serbia y Polonia, las otras naciones de Europa oriental, que no avanzaron de la fase de grupos.
Sin embargo, históricamente en los mundiales han habido elecciones que paecen encajar perfectamente en su entorno condiguiendo gran éxito. Como ejemplo está Costa Rica y lo hecho en Brasil 2014 cuando avanza invicta, compartiendo grupo con Uruguay, Italia e Inglaterra; o la misma Chile que superó por completo a España y calificó a su costa.
Los ejemplos continúan y en 2010, en la primera Copa Mundial de África, Ghana habría sido la única nación de ese continente en llegar a las semifinales del torneo, de no haber sido por la mano del uruguayo Luis Suárez en la línea de gol en el último minuto del tiempo extra. Desde entonces, ninguna nación africana ha vuelto a los cuartos de final, y ninguno pasó en este Rusia 2018 de la fase de grupos.
En la primera Copa Mundial Asiática, en 2002, Japón y Corea del Sur, contra todas las expectativas, ganaron sus respectivos grupos y los coreanos llegaron a las semifinales, eliminando a España e Italia en el proceso. El progreso de Rusia en su mundial ha sido sorprendente, pero el de Corea del Sur fue deslumbrante, aunque contó con alguna ayuda arbitral.
La comodidad es importante en la estadía durante un mundial. Las representaciones aunque no sean casa deben sentirse como tal y los resultados llegan a ser reflejo de eso, se dice que en Brasil, la noche antes de jugar ante España, Chile se hizo cargo del restaurante, bar y cocina del hotel Radisson en Barra da Tijuca. Los niños se volvieron locos. Las esposas y las amigas se pavoneaban entre las mesas con caipirinhas.
El propio entrenador, Jorge Sampaoli, estuvo sin preocupaciones con los pies sobre una mesa, entre amigos en el vestíbulo del hotel. Esta fue una escena completamente sudamericana. Por el contrario, España jugó como si estuviera rígido de miedo.
Todas estas explicaciones llevan a la conclusión que son 760 millas las que separan a Croacia y Rusia, aproximadamente una distancia similar a la que hay entre Londres y Oslo. Sin embargo, los vikingos y los anglos no eran tan diferentes, al igual que Croacia no es tan diferente a Rusia, son naciones del este de Europa, y hay una identificación mayor a pesar de estar más cerca de Italia.
Vedran Corluka ahora juega para Lokomotiv Moscow y el entrenador asistente Ivica Olic, un héroe en el CSKA de Moscú, fue galardonado con la Orden Rusa de la Amistad, otras razones para sentirse como en casa.
Otros tres jugadores croatas han pasado tiempo con clubes ucranianos y la liga croata está salpicada de nombres reconocibles del fútbol ruso: Lokomotiva, Dinamo.
Así que Croacia no es Rusia, así como Costa Rica no era Brasilen 2014, pero tampoco está en territorio desconocido, como lo es para otros. Los de Europa del Este, son de Europa del Este, y Rusia no podría enfrentarse a un oponente más problemáticos en cuartos de final pues Croacia parece que conoce perfectamente de que se trata todo lo relacionado con Rusia.