La duodécima, se llamen Copa de Europa o Champions, es también la segunda consecutiva y la tercera en cuatro años, suficiente para hablar de un ciclo, aunque la impresión, por el liderazgo consolidado de Zinedine Zidane y la profundidad y juventud de la plantilla, es que el Madrid puede encontrarse en el ecuador, incluso en el inicio de un ciclo. Los equipos que los han marcado en Europa, sin embargo, lo han hecho por algo más que por los títulos conseguidos en la principal competición.
El Ajax del fútbol total, el directo Bayern, el Liverpool más continental, el Milan de la zona defensiva o el Barça de la posesión se hicieron reconocibles, además, por aportaciones genuinas al juego. El Madrid, sin embargo, jamás lo necesitó, porque, incluso en su primera gran época, sus señas de identidad remitían a la heráldica, definida por el poder del club, la talla de sus jugadores y el carácter ganador.
En el Ajax, el Bayern, el Liverpool, el Milan o el Barcelona que dominaron la Copa de Europa o la Champions, existía, del mismo modo, un protagonismo de jugadores formados en sus categorías inferiores, hecho que favorecía el desarrollo de sus estilos de juego. Incluso podían ser sus jugadores más referenciales. Fueron los casos de Cruyff o Beckenbauer, como de Baresi o Maldini, pese a los agresivos fichajes de Silvio Berlusconi, o Messi e Iniesta.
En este Madrid actual, esa aportación existe, pero en un rol secundario, al contrario de la precedente, en la que sobrevivían Casillas y Raúl. De los 11 titutares en Cardiff, sólo uno procedía de la cantera, Carvajal. Dada la capacidad económica del club de Chamartín, y el modelo de Florentino Pérez, partidario de «cebar la bomba» y potenciar el músculo del club con la adquisición de activos, es difícil que eso cambie de forma significativa. No obstante, existe una línea de trabajo para fichar talentos jóvenes, que completen su formación en Valdebebas, desarrollada por Juni Calafat. Los fichajes de Asensio y Vinicius se enmarcan en esa política.
El manejo de un grupo de la casa y la alquimia del juego remiten en la mayoría de esos ciclos a lo que se podría llamar «equipos de autor», dada la importancia que han tenido los entrenadores en la crianza. La máxima se cumple en casi todos los casos, sea en la época moderna, con Rinus Michels y Stefan Kovacs (Ajax), Udo Lattek (Bayern), Bob Pasley (Liverpool), Arrigo Sacchi (Milan) o Pep Guardiola (Barcelona), como en la primigenia, con Helenio Herrera (Inter) o Bela Guttman (Benfica). De nuevo, incluso en la primera era de dominio, en el caso del Madrid dicho protagonismo resultó menos significativo.
Los seis primeros títulos, cinco consecutivos, fueron conquistados por cuatro entrenadores diferentes, José Villalonga, Manuel Fleitas, Luis Carniglia y Miguel Muñoz. Ninguno, sin embargo, levantó más de dos, los mismos que Vicente del Bosque ya en la era moderna, uno bajo el mandato de Lorenzo Sanz y otro en cohabitación con Florentino Pérez y con Zidane en el campo. Fueron, en realidad, bastante dispares.
El francés iguala ese registro en poco más de temporada y media, 17 meses, por lo que va a tener por delante oportunidades de convertirse en el primero en conseguir tres en la historia del Madrid. Su conocimiento del fútbol, sin embargo, le hace presentir que el desgaste en su puesto recomienda periodos cortos. Francia lo observa con deseo.
Al contrario de lo que sucedía con anterioridad en el club, su intervencionismo callado pero firme ha hecho que sea ésta una temporada de entrenador, pese al rendimiento de Cristiano en los momentos clave. Como el propio delantero reconoce, eso ha sido gracias a la dosificación a la que le ha sometido el técnico. Zidane ha sido respetuoso y ha sido, a la vez, sacrílego, hasta el punto de que, hoy, la BBC no es un eje inamovible. De su mano, el Madrid ha crecido donde más lo necesitaba, en el centro del campo. La presencia de Isco en el once titular de Cardiff no era una decisión circunstancial por la lesión de Bale. Era el síntoma de un cambio, algo justo por el rendimiento del malagueño. Los vestuarios suelen reaccionar bien al sentido de la justicia.
En el fútbol que viene no se adivina un equipo con la calidad y profundidad del Madrid. El Barcelona tiene mejor tridente , con Messi, Neymar y Suárez, pero está descosido. Necesita dinero, quizás más del que puede invertir, y ofrecer tiempo a Ernesto Valverde. En la Premier, únicamente el Chelsea de Conte ofrece sensaciones de solidez. Para Guardiola, al frente del City, no es fácil implementar su ideario en un fútbol donde un pelotazo desmonta un sistema, mientras que las primeras impresiones del errático ManU demuestran que el tiempo pasa para todos, también para Special One. Bayern y Juventus, tiránicos en sus torneos, no han soportado el nivel competitivo del Madrid.
Zidane, por su parte, tampoco es heredero o depositario de un ideario determinado. Excelso técnicamente e imaginativo, tuvo una formación muy táctica como jugador, bajo técnicos como Marcelo Lippi o el seleccionador Aime Jacquet. Como entrenador, hay quienes lo consideran más italiano. Utiliza la presión alta, pero no desgasta al equipo en todo el campo, aunque implique riesgos. Utiliza futbolistas de posesión, como Isco, pero le encanta el contraataque. Se diría que es tan heterogéneo como el Madrid, hecho a la medida de su historia, de sus estrellas y de su presidente. Por el momento.
Florentino acelera con la renovación de Zidane: 7,5 millones anuales y hasta 2020
Florentino Pérez quiere renovar a Zinedine Zidane de cara a su campaña de reelección como presidente del Real Madrid. El dirigente blanco dio la orden tras la consecución de la Liga de Campeones de acelerar en la oferta de renovación para el técnico francés, que ha entrado en la historia del fútbol al convertirse en el primer entrenador en ganar dos Champions consecutivas. Sería la primera medida de cara a su nuevo mandato en la casa blanca.
La intención del presidente, según ha podido saber El Confidencial, es prorrogar su contrato al menos dos temporadas más, por lo que estaría vinculado al club blanco al menos hasta junio de 2020, ya que actualmente tiene contrato con el Real Madrid hasta el próximo verano.
La renovación también traería consigo una mejora de contrato para Zidane, que desde que llegó al banquillo blanco desde el Castilla ha visto cómo su ficha ha ido aumentando exponencialmente de forma paralela a sus éxitos deportivos. Zidane se hizo cargo del primer equipo el 4 de enero de 2016 y firmó su contrato como entrenador en febrero, quedando vinculado hasta junio de 2018.
Al hacerse cargo del primer equipo, pasó de cobrar un millón de euros, ficha que tenía en el filial, a ingresar 2,5 millones. Después de la renovación, y tras ganar la Champions el año pasado, su sueldo se duplicó, alcanzando los cinco millones netos anuales. La intención de Florentino es que ahora ‘herede’ la ficha que en su día percibió Carlo Ancelotti como entrenador del Real Madrid: 7,5 millones.
En vísperas del derbi ante el Atlético, el pasado 7 de abril, Zidane compareció en la previa del partido y se descolgó con una declaraciones sobre su futuro que sembraron muchas dudas. “No estoy seguro en el cargo. No sé que pasará en junio. Estoy trabajando en lo que me queda de temporada”, dijo.
Las declaraciones de Zidane dejando en el aire su futuro en el banquillo no fueron casuales. Se produjeron días después de que el Real Madrid sondease el mercado de entrenadores. La eliminación en la Copa del Rey ante el Celta y la derrota en el Bernabéu ante el Barcelona inquietaron en los despachos madridistas y se realizaron gestiones que llegaron a oídos de Zizou. En la lista de ‘posibles’ del equipo blanco figuran nombres como los del seleccionador alemán Joachim Low o incluso el del nuevo técnico del Barcelona, Ernesto Valverde, quien en los últimos dos años en el Athletic ha sido tanteado en un par de ocasiones por el Madrid.
Para que este equipo haya ganado dos Copas de Europa consecutivas la gestión de Zidane ha sido indispensable, no solo devolviendo el hambre al equipo, sino mejorando a su grandísima estrella
Finalmente, Zidane logró reconducir la marcha en Liga, ganando el título por su magnífica gestión del grupo, al implicar a los menos habituales con una aportación decisiva de jugadores como Asensio, Morata, Kovacic o Lucas. Y como colofón llegó la consecución de la Champions, convirtiéndose en el primer equipo que conquista dos títulos seguidos.