En los cuartos de final del Mundial sub20, después de los penales de los uruguayos Rodrigo Amaral y Matías Viña, ambos fallados, hubo aficionados de la celeste que lamentaron haberse levantado tan temprano. Claro, no contaban con Santiago Mele. No imaginaban que el arquero uruguayo, que ya le había atajado uno a Pepe, fuera capaz de contener dos penales más. ¡Y seguidos!
Entre los que siguieron firmes frente al televisor, había dos personas que tienen mucho que ver en la vida del arquero del club Fénix de Uruguay y los dos terminaron con lágrimas en los ojos. Marcelo Sasso, el captador que lo trajo a Capurro cuando tenía solo 12 años, y Lorenzo Carrabs, quien trabajó con él como entrenador en Fénix y aún hoy lo sigue perfeccionando en su escuela de arqueros.
Santiago se crió en Aguada y desde muy pequeño, en la puerta de su casa, jugaba a ser arquero. “¡Carini!”, gritaba cada vez que atrapaba la pelota. Cuando comenzó a jugar al baby fútbol en Estrella del Sur, el primer día le dijo al técnico que él quería atajar. Pasaba las tardes de sábados y domingos en la canchita del Estrella, entre otras cosas porque su madre se hizo presidenta del club.
Mabel, su mamá, y su abuela son muy importantes en la corta vida de Santiago. Las dos mujeres son lo máximo para el arquero celeste. Para ellas, que lo criaron y lo acompañaron, son siempre sus dedicatorias. Y ayer no fue la excepción.
PAPELES CAMBIADOS. Tras el baby fútbol el arquero pasó a jugar en el Preséptima de Peñarol, pero cuando llegó el momento de fichar a los niños para la Séptima le dijeron que iba a ser el tercero en el puesto. No lo gustó porque lo que más quería Santiago era jugar.
Lo increíble es que Adriano Freitas, hoy suplente suyo en la selección Sub 20, era el titular de aquella Séptima aurinegra. Ambos son amigos desde aquellos tiempos en que tenían 12 años.
Por esos días se lo recomendaron a los captadores de Fénix, a Marcelo Sasso y a Julio De Armas. “Era chiquito, pero vimos a la madre y supimos que iba a crecer; que todavía no había pegado el estirón”, contó Sasso.
“Estoy muy emocionado y orgulloso. Que ellos triunfen es el objetivo de todos nosotros. El fútbol es mi pasión y estos triunfos de los chiquilines son las mejores satisfacciones. Eso me hace muy feliz”, admitió Sasso, quien llegó hace años desde su Dolores natal para jugar al fútbol, pero no tenía tantas condiciones y hoy disfruta de seguir ligado al deporte que tanto quiere siendo captador de talentos.
Apenas llegó a Fénix, Mele se convirtió en el arquero titular de la Séptima División. Luego hizo Sexta y pasó directo a la Sub 16. Fue en ese momento cuando lo citaron a la selección juvenil.
DE PRIMERA. Allí, en Fénix, conoció a Lorenzo Carrabs, quien era el director técnico de Tercera y el entrenador de arqueros de todas las formativas del club. Enseguida nació entre ellos una relación muy especial. Mele considera a Carrabs uno de su padres futbolísticos. Entre otras cosas porque siendo sólo un niño lo llevaba a practicar con los arqueros de Primera División para que fuera viendo cómo eran sus entrenamientos.
Carrabs fue uno de los que no pudo evitar las lágrimas ayer de mañana. Y estaba seguro que iba a atajar esos penales que posibilitaron, junto al último que remató Santiago Bueno, que Uruguay pasara a las semifinales del Mundial de Corea. “Yo le tenía una fe bárbara. Sabía que iba atajar. Nadie lo conoce tanto como yo a nivel profesional y humano”, le dijo Carrabs a Ovación, quien lo entrenó durante cuatro años en Fénix.
Es más, en los penales Mele puso en práctica algunos de los consejos de su entrenador. “Siempre le dije que en los penales tenía que caminar hacia atrás sin sacarle los ojos de encima al jugador que iba a ejecutar, porque en algún momento iba a mirar hacia el lugar donde se lo iba a tirar. No me sorprendió que los atajara. Nada me sorprendió. Sabía que lo iba a hacer. Tiene un gran futuro por delante. No tiene techo”, afirmó Carrabs.
“Los estaba mirando, les quería hacer el juego psicológico porque sé que eso influye muchísimo. Por suerte salió bien”, dijo Mele tras el triunfo celeste, corroborando las enseñanzas de su entrenador.
“Todo lo que le está pasando se lo merece. Nunca perdió la humildad, salió campeón sudamericano y nunca dejó de ser el mismo. Lo que está atajando se lo merece; por él y por su familia”, contó Carrabs, quien le vio condiciones y por eso lo llevaba a entrenar con los arqueros de Primera. “Trabajaba con todos los arqueros de formativas en las canchas del Polo, pero a Santiago también me lo llevaba a entrenar con Juan Obelar, Rafael García y Luis Mejía, que eran los arqueros de Primera, para que se fuera acostumbrando. Siempre que no tuviera clases, claro”, relató el entrenador, quien ayer enseguida que terminó el partido ante Portugal le mandó un mensaje a su discípulo para felicitarlo.
Cuando Carrabs dejó de trabajar en Fénix abrió una escuela de arqueros en la zona de Portones. Pues bien, Santiago Mele siguió yendo a entrenar allí. Cabe recordar que antes de que se jugara el Sudamericano de Ecuador, donde los dirigidos por Coito se quedaron con el título, Mele había jugado seis partidos en Primera, pero durante el torneo Apertura fue el suplente de Darío Denis, por lo que no sumó minutos. Aunque algunas veces bajó a jugar en Tercera División, llegaba al Mundial sin arco. Por esa razón antes de viajar hacia Corea del Sur iba dos o tres veces por semana a la escuela de Carrabs. “Yo le recomendaba que pidiera para jugar porque tenía que llegar firme al Mundial. Esta mañana se me caían las lágrimas. Lo que uno más quiere es que les vaya bien y triunfen. Para uno es un gran orgullo”, finalizó Carrabs.
A su escuela suelen ir los arqueros cuando están de vacaciones o cuando no tienen equipo. O simplemente para seguir perfeccionándose. Allí Mele coincidió varias veces con Fabián Carini, el arquero al que imitaba cuando aún no había arrancado en el baby fútbol.
Denis no le escribe por una cábala
“Tuvo una actuación que lo puede catapultar”, dijo Darío Denis, el arquero titular de Fénix y que entrena a diario con Santiago Mele, su suplente. “Fue muy sobrio, en los goles no tuvo mucho que hacer y después en los penales sacó la cara por el equipo en el momento más jodido”, agregó.
“No me sorprendió porque lo conozco, es un gran golero y tremendo atajador de penales. Yo sabía que uno iba a atajar, ¡pero no pensé que tres!”, contó el albivioleta. “Incluso cuando yo estuve lesionado y jugó él, atajó un penal”, explicó. “Su actuación lo puede catapultar a Europa”, afirmó.
Denis no quiso llamar a su compañero ni mandarle un mensaje tras los tres penales atajados, porque como no lo hizo durante el torneo Sudamericano y Uruguay salió campeón, prefiere mantener la misma postura. Cuando todo termine lo primero que hará será escribirle.
Fuente: Ovación Digilta Uruguay