Semana a semana se van rompiendo récords, desafortunadamente todos negativos y la tabla de posiciones refleja la profunda crisis en la que está el equipo; actualmente es penúltimo y por el simple tecnicismo de los goles a favor.
La debacle es total, sin embargo, este año 2022 simplemente esta consumando todos los síntomas negativos que se avistaron en el 2021, los cuáles fueron encubiertos por una dirigencia sin rumbo y resultadista, que se conformó con el título del primer semestre del año anterior, pero no corrigieron zonas importantes de una escuadra que recordemos clasificó en la cuarta posición en esos dos semestres siendo superado por Alajuelense, Herediano y Santos de Guápiles.
La jornada del sábado destacó en la previa por la revolución que hizo el técnico Jeaustin Campos en su alineación en donde llegó a cambiar el dueño de la portería Aaron Cruz, por su homólogo Kevin Chamorro. Dio entrada a Jaylon Hadden en zaga central, a Ulises Segura en zona media y a Darixon Vuelto y Andy Reyes en zona de ataque. La apuesta funcionó a medias pues el Saprissa logró ponerse adelante en el marcador, pero, este equipo está tan cogido por pinzas y su estructura es tan vulnerable que un grosero error en la marca que permitió al ex morado Luis José Hernández emparejara los cartones de cabeza. Para la parte complementaria el jamaiquino Javon East quien fue un incordio para la zaga, transformó un tiro penal ante falta previa e infantil de un errático Ricardo Blanco (desde su lesión con selección nacional no ha recuperado el nivel).
A la afición hay que empezar a hablarle claro, este semestre el equipo de don Ricardo, NO se va a clasificar a la segunda fase (afortunadamente no corre peligro en la tabla acumulada). Ya estuvo coqueteando en los dos torneos anteriores con esta posibilidad, y en este primer semestre del 2022 lo va a consumar.
Para la grandeza del conjunto morado esto va a dejar un lunar en su historia. Lo más preocupante es que la institución se ve completamente sin rumbo. El discurso gastado y de poca credibilidad de su presidente ya no cuelan en la afición y esto ha ido permeando incluso dentro del seno del equipo. Dentro del grupo de jugadores se nota una desazón y un divorcio importante con la parte administrativa.
El Saprissa de hoy dista mucho de lo que ha sido su historia, es una escuadra machacada en el verde de juego (el equipo femenino anda igual), con nulo trabajo y proyección en su liga menor y con un futuro que luce incierto. Antes ser miembro del equipo morado era todo un privilegio, actualmente, llega cualquier “hijo de vecino” a ponerse la camisa en la cancha o en la parte administrativa y esto ha ido repercutiendo en la degradación que ha ido sufriendo la institución en los últimos 22 meses.
Este miércoles nos enfrentamos a nuestro máximo rival la Liga deportiva Alajuelense en el estadio Nacional (otra decisión cuestionable de la dirigencia); el equipo tiene la obligación por historia de salir a ganar el partido a pesar de que la clasificación a hoy es una quimera. Independientemente del resultado que se obtenga se necesita meter bisturí en muchas de las áreas del Saprissa, sin embargo, el deseo de muchos morados es que este suplicio de torneo acabe lo más pronto posible.
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