Vamos desmenuzando la serie de problemas e inconformidades que despierta el horrible momento que vivimos los florenses, pero partamos por un hecho inevitable, si la cabeza de un cuerpo está fallando, es inevitable que alguna otra parte del cuerpo falle, y la decepción profunda, la incomodidad inexplicable que me produjeron las declaraciones del ayer técnico Jafet Soto Molina, no tienen vuelta atrás. Recordé aquella película de la zaga Rápidos y Furiosos, cuando el “Casi te gano” sacó las risas de su rival, porque no, es inaceptable ante los ojos rojiamarillos celebrar un miserable empate que solamente nos deja últimos, listos para apagar la luz, pero para evitar que nos sigan viendo pasando vergüenzas.
De ahí en adelante vamos a ir por tres partes, pues esta zaga propia consta de tres juegos, ante Cartaginés, donde uno de los duelos más añejos del fútbol nacional dejó, tras un grosero error de Ariel Soto, el primero de esta trilogía, que, como jugando ahorcado, empezó a gastar la posibilidad de mantenerse en su puesto al ya destituido Jeaustin Campos. Un juego donde los brumosos empezaron a dejar en evidencia a ciertos jugadores displicentes e incluso otros que no merecen portar la casaca del Team. Esa fue solamente la primera tanda de penosas presentaciones, que ya venían precedidas de nada más y nada menos que seis juegos sin conocer el triunfo.
Pasamos la página y si, el “Coyella” Fonseca es más pequeño en cuanto a gradas, pero que no se nos engañe es vital, las dimensiones del campo de juego son idénticas a las de la casa de don Eladio, no fue casualidad la decisión de mover los juegos de local al cantón de Goicoechea. Esa noche era el benjamín, el más nuevo de la clase el que nos visitaba, plagado de jugadores con más hambre, más ganas, más futbol que los que se les presentaron en aquella fatídica noche que dio fin a una linda historia que se pudo haber escrito con puño y letra del señor Campos a quien, con honestidad y firmeza le agradezco el título en el centenario, y me quedo con la sensación de que no toda la culpa recaía sobre sus hombros. Esa noche Anthony Contreras, Nextaly Rodríguez y Suhander Zúñiga dieron cátedra de lo que es tener sangre para el fútbol, dieron muestra de que el irse a préstamo debe despertar una llama que les permita volver a casa, una llama que varios en el Team, hoy tienen apagada. Mención aparte del cachorro rojinegro, que gozó su anotación como si la hubiese logrado en su amada casaca manuda.
Con la tensión en su punto más elevado, con ambas paredes viniendo contra nosotros sin piedad cual escena de la guerra de las galaxias, llegó el duelo que a nosotros nos gusta, porque si, es ante los más grandes que sabemos levantarnos para amargar la fiesta. Un Jafet Soto que, tras la decisión de tomar las riendas del equipo rompió su propia promesa de no dirigir más, al menos auguraba un equipo con corazón, con garra, con ansias y con hambre de triunfo. Primer acierto, regresó el mejor portero de la Liga Promérica, Esteban Alvarado que, mientras esté en condiciones, debe ser titular, una zaga compuesta por cuatro campeones nacionales, algo que en un principio parecía óptimo, a pesar de que Fuller por ejemplo, ha demostrado ya en tantas fechas que no está en su mejor momento, Brown y Soto como centrales mañosos y experimentados que debían dar certeza y tranquilidad y por último el mexicano González que se ha hecho grande en estos juegos. Algo que debo admitir, cosa que me costó, es ver como Galo si juega mejor en la contención que en la lateral, pero esto se dio antes de que volviéramos al inconsistente jugador que aún hoy nos preguntamos porque existió tanta algarabía al quitárselo a Alajuelense. De Yeltsin Tejeda no puedo criticarle nada, si hay pundonor, si hay ganas, pulmón, ánimo y cuando se puede fútbol, pasa si o si por los pies del capitán. Nos vamos más adelante, si alguien en este país nos puede explicar que le hicieron a Gerson Torres se los agradecería de manera absoluta, no sé, no tengo explicación, le he dado mil vueltas pero no logro entender porque Gerson no revienta como dicen popularmente, porque me da cada vez más certeza de la razón por la que no pudo continuar en México. Como se sabe popularmente si uno no cree ser el mejor, jamás llegaré a ser el mejor y Gerson necesita desesperadamente este parón de la selección en el cual, no lo veo merecidamente convocado. Kenneth Vargas, José Guillermo Ortiz y Yendrick Ruiz, escuché al periodista brumoso Manuel Solano decir que los delanteros del Herediano no le meten un gol ni al arcoiris, pero acá debo hacer una salvedad, tanto criticamos a la mediacancha de la tricolor porque no le genera juego a los puntas ¿y en Herediano? La nota alta se da ante las decenas de centros (desubicados) que se generan por juego, pero si no se arman sus propios espacios, los delanteros rojiamarillos pasarían aún más desapercibidos, su deuda con el gol se les perdona pero con la condición evidente de que ese crédito, se va acabando jornada tras jornada. Punto y aparte el doce y trece, Bennete que bajó la cabeza y empezó a trabajar y Rocha que nunca defrauda, a ellos las gracias y las disculpas ofrecidas por la pobreza que genera el resto de la escuadra.
Llegamos al capítulo final, el desenlace desastroso de un libro horrible que nos atrapó por amor, porque en las buenas y en las malas se sigue y acabamos en una sala pequeña en una conferencia de prensa donde nuestro gerente deportivo saca a relucir sus números como director técnico lanzando con orgullo líneas sobre como le ha tocado jugar con expulsiones en contra, cosa que debería de preocupar más que honrar, pero la gota que derramó el vaso no fue esa, fue decir que con uno menos y sintió como si hubiésemos ganado. A partir de ese momento mi televisor se congeló, no había jamás escuchado una frase tan mediocre salir del camerino florense, no lo creía y al ver las repeticiones y volver a escuchar la conferencia solo me queda decir, gracias Jafet por tantos años, pero se te metió tanto entre ceja y ceja Alajuela y sus dirigentes, que olvidaste que en Herediano de miserias y migajas no vivimos.
La tapa trasera del libro cuenta que, como toda historia de terror, esta está basada en hechos reales pero con gotas de ficción, pero lo más importante, al cerrar el libro, se da la oportunidad de abrir uno nuevo, una nueva historia que quizá, con suerte, con fútbol, con lo que sea que se necesite, nos vuelva a llevar a la historia de amor más hermosa jamás contada, la del Herediano campeón.
