A través de la historia de los campeonatos mundiales en donde ha participado la selección nacional mayor, el común denominador ha sido la apuesta del entrenador de turno de ubicar una línea de 5 en la zona defensiva, cuando se ha apostado por otros sistemas más ofensivos en los diferentes procesos de selección, los resultados lo han retratado, pero ¿por qué sucede esto?
El raciocinio del porque el sistema 5-4-1 es el ideal para nuestra realidad futbolística, podría ser que nuestros jugadores no participan en las grandes ligas, ni en los grandes equipos, a excepción de Keylor Navas; Óscar Duarte y Cristian Gamboa lo hacen pero en equipos pequeños, por lo que el resto no son sometidos al ritmo de juego ni físico, ni mental de estas grandes ligas en donde compiten los mejores, a su vez los jugadores que no participan en estas latitudes, no se enfrentan a los llamados cracks semana a semana y posteriormente vienen los partidos eliminatorios, fogueos o mundiales y no pueden resolver a la altura al no estar tan exigidos domingo a domingo.
El 5-4-1 utilizado en los últimos dos mundiales en que participó la selección mayor masculina, en defensa permitió cubrir todo el ancho de la cancha y así tener mejores coberturas contra los más habilidosos; por su parte en ataque la amplitud de los laterales fue clave para el juego interior de las medias puntas que partían de la banda al centro para generar juego, sin olvidar al delantero de turno, Campbell para un juego más asociado o Marco Ureña aprovechando los espacios a la contra.
Precisamente comparando ambas participaciones mundialistas, unas de las razones del fracaso de una y los excelentes resultados de la otra, pudo ser el promedio de edad, para Brasil 2014 fue de 27 años y en Rusia de 29 años, inclusive para Italia 90 el promedio de edad fue de 26 años y ¡eso que era la primera participación mundialista!
Sin embargo la línea de 5 no debe de ser algo inamovible, porque si se repasan los partidos eliminatorios contra equipos de menor categoría de nuestra selección en casa con Jorge Luis Pinto, se utilizó un 4-2-3-1 con Álvaro Saborío como titular por la obligación de proponer y arriesgar más.
El hecho que tengamos que acomodarnos a este sistema no vistoso pero efectivo a nuestra realidad, puede venir desde selecciones menores, en donde no se clasifica a los mundiales o no se tienen buenas participaciones, por ende estos jugadores no se venden, se quedan en mercados de tercera o cuarta categoría y cuando viene el proceso de la mayor, no tienen el nivel de los mejores del mundo.
Muchas veces ha habido talento, pero la escogencia del entrenador ha sido equivocada por que no se ha establecido el modelo de juego y dentro de eso el sistema que deben jugar todas las selecciones, aunado que algunas veces no se tiene claras nuestras fortalezas y debilidades desde el punto de vista técnico y físico, lo más parecido a un buen proceso de selecciones menores fue cuando estuvo Hugo Marcelo “Popeye” Herrera quien clasificó a los mundiales sub 17 y sub 20 después de muchos años de la mano de la línea de 5 en el fondo.
En resumen, una solución para tener mejores resultados en nivel mayor, es usar un mismo sistema en todas las selecciones, tanto masculinas como femeninas, además contratar entrenadores que comulguen con este sistema y que por supuesto tengan los títulos y experiencia necesarios para ser nombrados, sin olvidar que el modelo de juego debe de ser establecido desde el seno del Comité Ejecutivo, supervisada su ejecución por el director de selecciones nacionales y finalmente puesto en escena por los diferentes directores técnicos, así los nuevos Bryan Ruiz o Shirley Cruz estarán en la sub 23, sub 20, sub 17 y sub 15 compitiendo y conociendo el sistema con el que jugarán en la selección mayor, ejemplo de ello, la Real Federación Española de Fútbol que tiene claro su modelo de juego para sus diferentes selecciones.
La clasificación a mundiales menores y la buena participación en estos, ayudará sin dudas a que los jugadores puedan colocar en los grandes mercados y así algún día aspirar a jugar diferente y a ganar lo que pueden ganar las grandes potencias.
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