Florenses acumulan 6 juegos sin victoria en la Liga Promérica
El Clausura 2021 de la Liga Promérica ha tenido como norma la irregularidad en la mayoría de los equipos participantes, donde los empates han estado a la orden del día en un número mayor que en torneos anteriores, y prueba de ello son los 6 puntos de diferencia que existen entre los lugares 3 y 12 de la tabla.
Sin embargo, hay equipos a los que por el plantel que poseen, y su peso histórico en la primera división, se vuelve un tanto particular y extraño encontrarles en situaciones tan apremiantes como las que los aquejan actualmente. Tal es el caso del Herediano.
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Centenario
En un 2021 marcado por cumplir 100 años de existencia en la primera división del fútbol nacional, el actual Subcampeón Nacional transita dentro de un mar de desaciertos durante las 20 jornadas tramitadas del torneo, donde no solamente ha empatado el 45% de los cotejos que ha disputado, sino que posee más derrotas (6), que victorias (5).
El “team” florense ha perdido la solidez defensiva que lo caracterizó durante gran parte de la década anterior, y, por el contrario, hoy es el tercer equipo con más goles encajados (29), solamente superado por los colistas Guadalupe (31) y Limón FC (37). Adicionalmente, fue en la jornada 11 cuando venció a domicilio a Limón (0-2), la única ocasión en la que el Herediano logró mantener su valla invicta en el torneo.
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Los errores que se han presentado en la parte baja florense durante este certamen han tenido diversos protagonistas; desde ambos guardametas, pasando por los 4 centrales que ha probado en el torneo, hasta los 5 jugadores que han actuado como laterales en algún punto del campeonato. Todos, sin excepción, han cometido errores en algún momento, que han obligado al equipo a remar contra corriente en prácticamente todos sus partidos.
Lo anterior impidió en su momento al mexicano Fernando Palomeque y ahora a Luis Antonio Marín, definir un 11 que se consolide para afrontar el cierre del torneo, puesto que ni la línea de 4 defensores, ni la de 5, han logrado contener la hemorragia en defensa.
De media cancha en adelante, el funcionamiento no pareciera ser tan desastroso en cuanto a lo que arrojan los números, ya que promedia 1.5 goles anotados por partido, y es la cuarta mejor ofensiva del certamen, detrás de Alajuelense, Santos y Guadalupe. Sin embargo, esto no ha sido suficiente para contrarrestar los garrafales yerros en zona defensiva.
El Herediano carece de una presencia ofensiva importante durante grandes lapsos de los partidos, donde depende en demasía del desequilibrio de Gerson Torres para llevar peligro al arco rival, así como, en menor medida, de la claridad que pueda aportarle Fabrizio Ramírez en el último cuarto de terreno.
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Por otro lado, el nivel de uno de sus estandartes en épocas recientes, Yendrick Ruiz, se ha visto mermado por una extraña disposición táctica, en la cual los entrenadores le colocan como una especie de enganche con el centro delantero, situación que ha devenido en un impacto cada vez menor de Yendrick en zona de definición, a pesar de ser el goleador histórico de la institución.
Además de lo apuntado numérica y tácticamente, el equipo exhibe una fragilidad mental pasmosa, demostrando incapacidad para cerrar los últimos minutos de varios encuentros en los que parecía tener ya los 3 puntos en el bolsillo.
Así le sucedió este domingo cuando Christian Bolaños le igualó al 90+2’ un partido en el que había batallado más de 45 minutos con un hombre menos. Pero la situación viene de más atrás, pues fue también Alajuelense quien le igualó a 5’ del final el encuentro que disputaron en la primera vuelta del certamen, o quizás la más increíble de todas, la bofetada que le propinó Jicaral hace 5 jornadas en el Estadio Nacional, al igualar el encuentro al 90+5’, cuando los florenses habían logrado la ventaja en el marcador apenas un minuto antes.
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No obstante, la precaria situación florense no se limita al plano deportivo. El modelo deportivo implementado por el Herediano parece no estar dando los resultados esperados, ya que, si bien cuenta con una planilla joven y talentosa en el papel, el tamaño de esta golpea la continuidad de muchos de sus jugadores, y, por consiguiente, el nivel que muestran en cancha, así como también dificulta la toma de decisiones del cuerpo técnico, ya que cuenta con al menos 25 jugadores en alguna medida consolidados en la primera división, y a los que por consiguiente puede molestar verse fuera de convocatoria constantemente.
Bajo esta misma línea, la exportación de jugadores se ha visto disminuida en ventanas de mercado recientes, una problemática potenciada no solamente por el pobre rendimiento colectivo del equipo, sino también por los estragos causados por la pandemia en la mayoría de los clubes y ligas de fútbol a nivel mundial.
Por si fuera poco, en días recientes han salido a la luz una serie de inconsistencias con respecto a la falta de permisos para la construcción del nuevo reducto rojiamarillo, mismas que mantienen inconforme a un sector importante de los socios, especialmente a aquellos que ya pagaron por adelantado su espacio en el nuevo Eladio Rosabal Cordero. La poca o nula claridad que, en opinión de algunos de ellos, exhibe la administración a la hora de rendir cuentas sobre el estado de las obras, es lo que más molesta, especialmente porque se trata del patrimonio de la institución.
En resumidas cuentas, todas situaciones negativas, dentro y fuera del terreno de juego, que aquejan al Club Sport Herediano de cara a un centenario ya de por si complicado por temas de pandemia, y que posiblemente impidan una celebración a la altura de una de las instituciones futbolísticas más importantes de nuestro país.
