“El fútbol es de contacto. A veces siento que deberíamos dejar que las jugadas sigan, cuando vamos a jugar al extranjero no nos marcan nada. Nos tiramos al piso porque nos acostumbramos a eso y el árbitro afuera no nos pita nada. Acá se cobra mucho el roce, las manos, y uno juega mucho con las manos, con el cuerpo, es normal. Y los árbitros son los encargados de esto para que mejore. Si ellos no cobran nada y acostumbran al jugador a que no se tire, esto va a mejorar”, comentó a Radio Columbia.
Así mismo, dejo claro que también los jugadores deben de colaborar al no dejarse caer y simular muchas faltas.
“Yo como jugador lo digo; los jugadores tenemos que ayudar a no tirarnos, a no gritar, se grita mucho y eso hace que el árbitro marque tanto durante un partido. El ritmo se corta mucho en un partido. El árbitro no tiene que cobrar todos los roces, el fútbol es de contacto. Una cosa es el contacto que te hace caer y otra muy distinta cuando te dejas caer; el árbitro debe saber interpretar esas cosas”, indicó.