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Columna Mano a Mano de Juan Luis Hernández Fuertes

''¡Sjiek jong, totste eine vaan us bis!'' (I)

(“¡Fantástico, chico, que seas uno de nosotros!”)

“Hay trenes que solo pasan una vez” (André Rieu)

El pasado sábado en el “Ziggo Dome” de Ámsterdam (17 mil espectadores), a la par del Johan Cruyff Arena Stadium, celebró un Concierto uno de esos artistas que trascienden a su época. Se trata del holandés André Rieu, Director de la Orquesta Strauss, que hechiza allá donde actúe, sin importar país o continente. Su espectáculo es imperdible y merece el esfuerzo presenciarlo. “Hay trenes que solo pasan una vez en la vida”, plagiándole uno de sus muchos comentarios. 

André Rieu inició su carrera musical siendo niño y perteneció a diversas orquestas hasta que en 1987 fundó la propia, con el nombre neerlandés de "Johann Strauss Orkest" y a partir del año siguiente empezó su fulgurante carrera de éxitos por todo el mundo, comenzando por su propia patria, y convirtiéndose en una de las grandes estrellas de la música al nivel de los más prestigiosos artistas de pop o de rock, al tiempo ganó multitud de adeptos y aficionados a su música. 

Con su característico estilo de difundir la música clásica, que anteriormente parecía reservada a las clases de élite o acomodadas, André Rieu decidió ponerla al servicio de un público joven y en aquellos lugares que dichos jóvenes suelen frecuentar, bien sean de ocio o culturales, tales como plazas públicas y estadios deportivos. Y lo consiguió con gran éxito, pues ganó diversos premios como el “Top 10” o el “Top 100”, este último ostentando un número uno. 

Pero de lo que más orgulloso esta André es de su ciudad natal En sus propias palabras: "Pero no sólo mi corazón de músico está en Maastricht. También como persona, como esposo, como padre me siento aquí en casa. Estoy casado con “Marjorie Kochmann, Mestreechs Meitske” (una chica de Maastricht) y mis dos hijos han nacido aquí. Tenemos una vida de lo más normal, a pesar de la agitación que conlleva la vida de artistas. Cuando paseo por la ciudad, me lanzan aquel piropo que sólo la gente de Maastricht sabe decir: 'Sjiek jong, totste eine vaan us bis!' (¡Fantástico, chico, que seas uno de nosotros!). Entonces se me saltan las lágrimas y me siento súper orgulloso."

Mañana sigue…

Para: Everardoherrera.com

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