En una cadena de errores, matrafulas y mala fe. La temporada 2016, Goicoechea fue calendarizado a la espera de que presentara documentación que no logró. Las versiones de que, supuestamente, el Vicepresidente de Lifupla “les había ayudado” -existiendo conflicto de intereses. Hecho recurrente en este miembro al que tildaron de “berrinchoso”- que se ausentó de las sesiones del Comité Director. Y deben ser “distraídos” ya que a pesar de las diferencias conocidas desde “adentro”, no tuvieron el… (¿Cómo decirlo?) de expulsarle y aplicar el Estatuto. Si se trata de maquillar ausencias, lo pueden hacer, pues que están autorizados a realizar las sesiones “on line”. (¿A quién van a engañar?)
Esta temporada –Torneo de Clausura- ORION F.C. tramita para revertir la gestión deshonesta del abogado de turno y los Estatutos contemplan esta situación. Sin embargo NO FUE INCLUIDO en el calendario 2017. O sea, para Goicoechea aplicaron un Estatuto y para Orión F.C. otro. La diferencia es que el primero es afín y el segundo (OFC) exige transparencia, pide Auditorias, denuncia la no presentación de los Presupuestos a la Asamblea para recibir la aprobación o no y llevarlos a ICODER. ¿O es que la plata de Lígula es del Comité Director y estos se presupuestan lo que les viene en gana y lo gastan? (Se está cayendo la Auditoria) También ORION F.C. descubre acciones realizadas por los jerarcas de Lifupla para las que no están autorizados, ya que los Asambleístas- según Estatuto- son sus jefes. Y “ellos”, lógicamente, “subordinados”. Habrá que esperar el Informe de la Fiscalía de la temporada 2016, pendiente de presentar en Asamblea General, a pesar de ser obligatorio y estar en la agenda que presentaron.
“Pero éramos pocos y parió la abuela…” La primera medida tomada por el Comité de Lifupla cuando fue elegido y con la aprobación de la Asamblea General, fue incluir en los Estatutos una sanción por 3 o 5 años (no recuerdo bien) que inhabilitaba a los miembros destituidos. Esta moción “para sacarse el clavo con los Vargas” fue aprobada. Acotar que Javier Cordero llevaba meses renunciado por discrepancias con los citados Vargas (padre e hijo) y ahora es el Presidente. ¡Y qué ironía…! Resulta que este Comité Director presentó como representante de Lifupla en el Comité Director, a Don José Vargas. Entonces… ¿para qué Estatutos y acuerdos de Asambleas? La verdad es que ¡pobrecitos! No dan una. No actúan a derecho. Irrespetan los Estatutos. Se olvidan que son SUBORDINADOS. Y si tuvieran un “ataque de dignidad” renunciarían. Es obvio que como esa virtud la desconocen, habrá que echarlos…
Mañana seguimos…
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