Muy pocas veces jugamos fútbol juntos, pero recuerdo una Copa de la desaparecida revista deportiva Triunfo en la vieja cancha de La Nación a finales de los ochenta , cuando dijo que por su estatura era un 9 clásico y que debía alinearse en esa posición. Con su sorpresivo deceso este viernes 13 de enero del 2017 que nos impactó a todos, me han venido múltiples imágenes de aquellos tiempos que compartí con la Doble M más grande de Costa Rica, un narrador de fútbol extraordinario e inolvidable. La fotografía es de Italia 90 con Mario McGregor, Yashin Quesada y Everardo Herrera .
Profesionalmente nos empezamos a tratar más en el Mundial de México 86, al que tuve la dicha de asistir e iniciar ambos nuestro recorrido en las transmisiones del evento más grande del mundo. Los jefes eran Javier Rojas González y José Luis “Rápido” Ortiz, que d .d. D.g. Ellos eran las superestrellas y nuestros ídolos radiales. McGregor ya tenía un tiempo en Radio Columbia y yo apenas recién llegaba, porque en ese tiempo era periodista y jefe de deportes de la sección deportiva del periódico La República.
Como jóvenes eramos soñadores y nos ilusionábamos con el micrófono deportivo en la mano. Pasó el Mundial y después aconteció rápido. Javier y José Luis se fueron de Columbia con aquella famosa frase cuando decíamos “siempre sobre la jugada” y nos fuimos a Radio Sonora en 1987, la estación que ellos compraron junto a Hermes Navarro y don Isaac Sasso q.d. D. g.. El proyecto no funcionó y yo que había salido del medio escrito del Barrio Tournón para vivir la aventura en Guadalupe , nos devolvimos a Columbia en 1988.
Se dice fácil, pero hay una gran historia en este retorno que lo vivimos una noche en el Hotel Talamanca, Javier, McGregor y yo, pero será materia para otros episodio.
De vuelta en Columbia en 1988 “con un país en sintonía” como decidió ponerle de eslogan el dueño don Carlos Alfaro q.d. D. g. y ahora solo al mando de Javier Rojas, llegó el gran turno de McGregor. Fue valiente y decidió ir imponiendo su sello desde aquellos días aún más firmes a sus narraciones. Su energía, ritmo y potencia de gol nos fue elevando. Ese don que Dios le dio nos encumbró y atrás quedaba la competencia con Sonora, donde por un tiempo se quedó el memorable “Rápido” Ortiz, aquel relator de voz armoniosa,ágil y vibrante que encantaba con sus descripciones y su sentido canto de gol.
HONRAS FÚNEBRES
La vela Mario McGregor Blake será el día de mañana domingo 15 de enero en camposanto La Piedad Desamparados iniciando a las 4:00pm.
Las honras fúnebres serán el día Lunes 16 de enero a las 11:00am en la misma ubicación.
Foto con el ex técnico chileno y comentarista Hugo Tasara Olivares, el productor colombiano Parmenio Médina Pérez (ambos fallecidos), Everardo Herrera Soto, Marvin Centeno y Mario McGregor Blake, que falleció este viernes. Recuerdo de Italia 90.
Everardo Herrera Soto, Mario McGregor, Javier Rojas y Parmenio Medina en Mundial de Italia 90.
McGregor empezó a ganar.La eliminatoria mundialista para el Mundial de Italia 90 y sobre todo el Mundial los llevaron a la cima. Sus raíces caribeñas, su sabor e imaginación se ganaron a los futboleros con su potente voz llevando principalmente en los juegos de Selección a una experiencia sublime.
Fueron buenos tiempos hasta 1991. Me salí de Columbia y me fui a Monumental. Lo intenté convencer que me acompañara y no lo hizo. Se quedó en Zapote junto a Javier Rojas y a mi me tocó llegar a la Avenida Central para emprender el retorno de una gran radio que había dejado el deporte para encausarla de nuevo a la gran competencia. Y con un gran equipo lo hicimos. Allí me quedé 18 años hasta el 2007.
Competir desde Monumental contra Columbia era muy duro, especialmente por el aporte de McGregor . Y en 2004 ya con Monumental en La Uruca, tomamos la decisión de traerlo. Nos reunimos en su feudo jofesino San Francisco de Dos Ríos, que se convirtió en su casa desde que se había venido de Limón. Fue toda una negociación estratégica y hasta al contratarlo lo mandamos de vacaciones para evitar la presión de su medio para que no lo presionara. Y volvieron a ser buenos momentos con sus narraciones sobresalientes, cargadas de energía y más cuando jugaba la Selección, pero teníamos un equipo que se había envejecido y terminó clasificando a Alemania 2006 de tercero. Nos tocó el Mundial de Alemania y la bendición de la inauguración.
Moumental había adquirido Reloj y con él se vinieron los derechos exclusivos de ese Mundial. Lo mejor fue la inauguración y enfrentar a Alemania. Fue el mejor y único partido bueno que tuvimos. Perdimos cuatro a dos, le llegamos a empatar a uno y luego nos pusimos perdiendo tres a dos y tratando de llegar al empate contra los alemanes, pero al final cayó el cuarto tanto. Una narración mágica a lo McGregor.
Al terminar yo en Monumental en el 2007 no volví a transmitir un juego con él . Después regresó a Columbia hasta su muerte, la que fue su casa radial por excelencia. Me dejó esa satisfacción inigualable para un comentarista de compartir con un narrador tan extraordinario y emotivo como él. Tuve la dicha de estar a la par con muchos buenos relatores , pero hacer yunta con los excelentes como la Doble M, “Rápido” Ortiz o Kristián Mora es un gozo para el espíritu.
Transmisiones, viajes y pasajes están llenos de recuerdos. Me salen dos. Uno cuando animamos en 1988 el festejo de clasificar a nuestros primer campeonato juvenil en Arabia Saudita 1989 . Fue frente al Parque Central de San José con la celebración de un gol ficticio contra México que seguiría en la eliminatoria rumbo a Italia. McGregor con su descripción levantaba de júbilo a la mutiitud que celebraba allí y los ponía a vitorear el gol que él improvisaba. México no nos enfrentaría, porque por adulteración de edades en la eliminatoria juvenil no pudo seguir en la ruta eliminatoria hacia Italia 90.
Y la segunda en la Copa América del 2005 en Perú . En un grandísimos salón de fiestas como para dos mil personas, animaba una orquesta y cuando hicieron un descanso, los persuadí que nos dejaran hacer un show. Había convencido a McGregor como sucedió en 1988 que improvisara con el aliento del público peruano que se apuntó a lo grande, la narración de una gran jugada de los incas que terminaba en gol y triunfo sobre el límite en el juego que tendrían al día siguiente contra Argentina. El lugar se convirtió en un estadio y la algarabía era plena. A nuestra mesa donde estábamos Mario, el mundialista Leonardo Cordero y mi hija Sabrina solo llovieron felicitaciones e invitaciones.
Este viernes sentí en mi teléfono el dolor de la gente. Los mensajes, las llamadas, las redes sociales hirviendo, los medios desarrollando la noticia, Columbia prendida en los radios de los carros y yo extraviado por los recuerdos compartidos junto a este narrador deportivo mágico que soñó serlo allá en su tierra de Paraíso de Talamanca, que conquistó Limón, un país y un reconocimeinto internacional amplísimo.
A McGregor, le gustaba jugar de 9…