Los sorteos de la Copa del Mundo nacieron sin glamour, casi como una ceremonia doméstica: unas cuantas manos nerviosas, papeles doblados y la esperanza de que la fortuna —ese personaje impredecible— sonriera a algunos y les jugara travesuras a otros.
Los primeros pasos (1930–1950): cuando la suerte no tenía cámaras
En Uruguay 1930 no hubo sorteo como tal. La organización repartió los grupos a mano limpia, sin grandes explicaciones, como quien acomoda a sus invitados según la mesa que esté más cerca de la ventana.
En Italia 1934 y Francia 1938 ya se usaron bombos rudimentarios para repartir emparejamientos, pero el público no los vio. Nada de micrófonos. Nada de suspenso televisivo. Solo comunicados oficiales y periodistas tratando de descifrar qué quiso decir la FIFA con cada acomodamiento.
La Segunda Guerra Mundial congeló los Mundiales, pero no la idea de darles más “proceso” a los sorteos.
Con Brasil 1950 apareció algo parecido a un protocolo formal: grupos definidos por nivel competitivo… y aún así, más sabor a reunión de comité que a ceremonia deportiva.
La era del sorteo narrado por radio (1954–1962): la voz construye el suspenso
Para Suiza 1954 se realizó un sorteo que sí se transmitió, pero por radio.
La magia ocurría en un salón pequeño; afuera, la audiencia imaginaba los bombos como si fueran cajas misteriosas de un programa de variedades.
En 1958 (Suecia) y 1962 (Chile), la radio fue la dueña absoluta de la emoción. Las voces creaban imágenes auditivas:
—“El siguiente equipo queda ubicado en el Grupo 3…”
Y miles de oyentes sostenían la respiración por un instante.
No había show, pero había narrativa. Y eso, en pleno siglo XX, era oro puro.
La televisión entra en escena (1966–1974): el sorteo se vuelve espectáculo
Inglaterra 1966 marcó un antes y un después: por primera vez, la televisión transmitió la ceremonia.
El mundo vio manos, bolitas, bombos… y entendió que el sorteo podía convertirse en un ritual mediático.
Alemania 1974 le añadió solemnidad, música, un escenario decorado y un tono más internacional. La televisión global ya estaba encendida, y los sorteos se convirtieron en aperitivos oficiales del Mundial.
Los años de show creciente (1978–1990): cada vez más luces, más guion, más mundo
En Argentina 1978 el sorteo se hizo en un teatro.
España 1982 extendió el espectáculo: más equipos, más grupos, más cámaras.
México 1986 lo llevó a lo televisivo masivo: color, producción y un ambiente casi festivo.
Italia 1990: Costa Rica entra al mapa
Para los ticos, el sorteo de Italia 90 fue un punto luminoso en la historia.
La Selección Nacional, debutante, apareció en un bombo que parecía hecho para gigantes… pero terminó siendo la semilla de una gesta histórica.
Costa Rica quedó sorteada con Brasil, Escocia y Suecia.
La prensa internacional puso cejas en alto. El país puso el corazón adelante.
Ese día, el sorteo no fue un acto administrativo: fue un bautizo deportivo ante el planeta.
Estados Unidos 1994 – Corea/Japón 2002: el sorteo se vuelve Hollywood
El sorteo del ’94 ya era un mini show estadounidense: luces, presentadores, música al estilo gala.
En 1998 (Francia) se consolidó el formato moderno: pantallas gigantes, invitados VIP y ceremonias culturales.
En 2002, Corea y Japón elevaron la producción a nivel tecnológico: diseño futurista, escenografía milimétrica y una audiencia global récord.
Alemania 2006–Brasil 2014: los sorteos se globalizan sin pudor
Alemania 2006 rozó lo cinematográfico.
Sudáfrica 2010 integró danza, ritmo y estética africana.
Brasil 2014 mezcló samba, playa y emoción continental.
Costa Rica, presente en 2002, 2006 y especialmente en 2014, vivió momentos inolvidables desde el bombo.
El sorteo de Brasil 2014 —aquel donde la Sele quedó en el “Grupo de la Muerte”— hoy es parte del folclor tico:
—“¡Nos mataron!” dijeron algunos.
—“Qué dicha que nos subestimaron”, respondió la historia.
Rusia 2018 y Qatar 2022: el sorteo como ópera moderna
Con estudios televisivos gigantescos, gráficos 3D, invitados como exjugadores legendarios y producción multinacional, los sorteos alcanzaron nivel de ceremonia planetaria.
Costa Rica estuvo presente en ambos.
Y aunque Qatar 2022 fue hasta ahora el último viaje mundialista, cada aparición dejó ecos de pertenencia:
—“Ahí está Costa Rica, en el bombo. Somos pequeños, pero sonamos fuerte.”
Washington 2025 / Sorteo 5 de diciembre: el show total
El sorteo de este viernes en Washington es heredero directo de esa evolución:
• Alfombra roja.
• Presentadores de renombre.
• Exfiguras del fútbol mundial.
• Música, pantallas LED, cámaras 360°.
• Cobertura simultánea en TV, streaming y plataformas digitales.
Lo que empezó en un salón silencioso hoy es un espectáculo global que parece contener el primer latido del Mundial.
Costa Rica no estará en el bombo esta vez.
El escenario tendrá un vacío pequeño pero sensible para el aficionado tico.
Sin embargo, la historia enseña que las ausencias también son prólogo.
La Sele ha vuelto antes. Y volverá otra vez.
En resumen
Los sorteos de los Mundiales han pasado por tres vidas:
1. La vida modesta (1930–1950): sin cámaras, sin guion, casi íntima.
2. La vida mediática (1954–1990): primero radio, luego televisión, más formalidad y emoción.
3. La vida espectáculo (1994–hoy): galas, luces, artistas, producción global, millones de espectadores.
Y dentro de ese largo camino, Costa Rica ha tenido momentos de brillo que nacieron justo ahí: frente a los bombos del destino.
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