Después de ser internado durante ocho días en un hospital, con varios exámenes médicos, el joven volante de Saprissa, Alberth Barahona, inició su recuperación con entrenamientos diferenciados.
A poco tiempo de la recta final del Apertura 2025, el Saprissa enfrenta una complicación inesperada , Alberth Barahona, joven volante prometedor del club, atraviesa una recuperación que pone en duda su regreso competitivo pleno.
Antecedentes: hospitalización y recuperación
El 20 de setiembre pasado, Barahona fue hospitalizado de emergencia con síntomas de malestar en el pecho en el Hospital Calderón Guardia, situación que alarmó al círculo morado.
Permaneció internado por ocho días, según confirmó su padre, don Ismael Barahona, quien manifestó que, aunque la situación fue delicada, ahora el jugador se encuentra recuperándose.
Desde su alta médica, Barahona se reincorporó a los entrenamientos, pero realiza trabajo diferenciado, sin actividad plena con el grupo.
La mala noticia: el ritmo físico comprometido
Aunque Barahona ya está entrenando, el entorno del futbolista admite que no ha recuperado aún las condiciones físicas necesarias para disputar la recta final del torneo con rendimiento óptimo.
Esa carencia de ritmo pone en riesgo su participación efectiva en los compromisos decisivos que le esperan a Saprissa.
Para el cuerpo técnico liderado por Vladimir Quesada, esta situación representa un problema serio, pues contaban con el joven volante para reforzar el plantel en las fases altas del campeonato. Su presencia, aunque esperada, podría demorarse más de lo previsto y alterar los planes de rotación y estrategia.
Impacto para Saprissa y perspectivas
Saprissa aspira al liderato del torneo y afronta compromisos importantes, incluidos clásicos y cruces de altas exigencias. La ausencia o limitado aporte de Barahona puede debilitar su fondo de plantilla.
Días decisivos: el equipo morado necesita que todos sus activos estén en condición para enfrentar con fuerza el tramo definitorio del campeonato. La incertidumbre sobre Barahona es un factor de riesgo.
Desde su círculo familiar y el club se busca manejar con cautela la recuperación, priorizando que el jugador vuelva cuando esté plenamente apto y no arriesgar recaídas.