El nombre de Johnny Myrie resuena con fuerza en la afición morada.
Este joven delantero, abanderado de la cantera de Saprissa, no solo debutó con clase, sino que antes de eso atravesó una profunda crisis: llegó a pensar dejar el fútbol con apenas 14 años. Hoy, con su talento floreciendo, su juego despierta atención.
De la desilusión al renacer
Aunque su debut oficial con el primer equipo fue memorable —entró al 77′ ante Pérez Zeledón en un partido que Saprissa ganó 3-0 justo en vísperas de su cumpleaños 19— la carrera de Myrie no fue un camino recto.
Según un testimonio familiar, hubo un tiempo en que “no tenía ganas de jugar, quería retirarse”, período durante el cual él mismo confesó que estaba desenfocado, no estudiaba y lidiaba con la presión de que la edad pasaba mientras sentía que no avanzaba.
Esa pausa duró varios meses. Pero a los 15 años volvió a activarse futbolísticamente: pasó por Limón Black Star, fue descubierto por Roy Myers, regresó a Saprissa, pasó por las divisiones menores (Sub-19, Sub-21) y finalmente alcanzó su oportunidad con el equipo mayor.
Una joven que quieren robar
El staff directivo de Saprissa, liderado por Erick Lonnis en el Comité Deportivo, ya ha tomado medidas para “blindar” sus jóvenes promesas. Myrie no es la excepción: el club apuesta porque primero se consolide internamente antes de exportarlo al exterior.
De hecho, Lonnis confirmó que ya han hecho lo mismo con otros talentos como Samir Taylor, Gerald Taylor, Kenay Myrie, Kenan Myrie y Alberth Barahona.
Pero los rumores indican que Myrie y algunos compañeros “ya comienzan a levantar ojos” desde clubes foráneos. La idea es que los morados no permitan una salida prematura, y que el delantero se gane minutos y presencia en la Selección Nacional antes de pensar en emigrar.
Lo que viene y lo que puede marcar
Myrie tiene la ventaja de ser joven, con una historia simbólica de superación, y libre de carga comparativa por experiencia.
Si logra consolidarse en el primer equipo y mantener buen rendimiento, su valor como talento emergente se multiplicará.
Saprissa tiene ahora el reto de equilibrar su desarrollo con la presión de que clubes externos quieran llevárselo rápidamente.
En el fútbol costarricense, casos de jóvenes que triunfan localmente antes de dar el salto internacional suelen inspirar, pero también tensionan las estrategias de retención de los clubes.