Por suerte el fútbol de Costa Rica no le importa a nadie en el mundo. No es nada personal: a nadie le importa tampoco el de Nicaragua, El Salvador o Guatemala a menos que sea costarricense, nicaragüense, salvadoreño o guatemalteco.
Por fortuna en Costa Rica nos interesa la selección nacional. Y más cuando le mete ocho goles a Bahamas.
Al terminar el partido se escuchó la cantaleta, “estamos armando un equipo para lo que viene”. La cantaleta se refiere a las eliminatorias donde de seis equipos (primero 12), tres estarán clasificados al mundial y uno más a un repechaje.
Costa Rica no tiene la culpa que la organización mundial nos lleva a jugar contra equipos de canchas abiertas donde pudimos jugar hasta sin portero.
Cuando miramos esos partidos, pensamos que tenemos jugadores inteligentes, creativos, talentosos, y una serie de calificativos que nos hinchan el pecho.
¿Será eso cierto? En ese juego observé jugadores que corren mucho, pero piensan lento y actúan como robots, porque el rival no exige y en el futbol actual el pensar es más importante que correr.
Pero estamos conformes. Seguimos aprendiendo. Somos expertos en aprender. Después de cada partido la Selección se gradúa en seguir aprendiendo.
Qué caray. Lo importante es ganar, aunque el rival sea de mentirillas, porque seguimos pensando que nuestros jugadores en los grandes partidos, los de la eliminatoria, sacarán la casta y corriendo más ganarán la clasificación.
** El autor tiene una Maestría en Comunicación. Licenciatura en Periodismo y Educación Física. Además es entrenador de Futbol y Baloncesto.