El hombre invisible
La película del director australiano Leigh Whannell lleva a la pantalla uno de los miedos de muchas mujeres: que su abusador atormente sus vidas incluso más allá de la muerte de este.
Eso es lo que sucede en el largometraje de 2020 que combina ciencia ficción, suspenso y terror psicológico y que se inspira libremente en la novela homónima de H. G. Wells y también de la cinta de 1993 del mismo nombre.
La que se inicia cuando una noche su protagonista, Cecilia (Elisabeth Moss), logra escapar de la hiper vigilada casa en la costa donde vive junto a su pareja Adrian (Oliver Jackson-Cohen), un millonario y pionero de la tecnología y quien la somete a constantes maltratos.
Para estar segura, Cecilia se refugia en la casa de James (Aldis Hodge), su amigo y exmarido, donde un par de semanas después se entera de que Adrian se suicidó y le dejó una millonaria herencia.
Sin embargo, su tranquilidad se interrumpe cuando una comienza a atormentarla una presencia invisible. Lo que la lleva a sospechar de que Adrian en realidad no murió y que ahora la arrastra hasta una pesadilla y al borde de la locura.