El todavía dueño del Chelsea, el ruso Roman Abramovic, se gastó una fortuna para poder calmar su ansia por comer sushi mientras se encontraba exiliado en Bakú, Azerbaiyán, producto de las sanciones contra Rusia y por las que se ha visto afectado.
Según el diario italiano, Corriere dello Sport, el oligarca ruso se gastó cerca de 48 mil euros para poder comer sushi de su restaurante favorito en Londres, Inglaterra.
El pedido de Abramovic tuvo un costo de alrededor 1.500 euros, pero se debió sumar el coste del vuelo, el transporte y la logística. Además, el ruso debió esperar por su cena más de cinco horas, ya que el recorrido era de más de 4.500 kilómetros de distancia.
Asimismo, el pedido tiene todo los indices a que se debió a un simple capricho del ruso y no poder miedo a sufrir un envenenamiento.
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