La serotonina es un neurotransmisor que transmite señales entre las neuronas regulando su intensidad. Es la considerada hormona de la felicidad. Su producción tiene lugar mayoritariamente en el aparato digestivo. Seguir una buena alimentación, servirá para sentirnos bien.
Estado emocional y alimentación
Cuando nuestro estado anímico no es el mejor, muchas veces el cuerpo nos pide comer dulce u otros alimentos poco saludables. Pensamos que en ese momento es lo que necesitamos. Pero no es así. Nuestra salud mental, empieza por cuidar lo que comemos. Si no tenemos bien nuestra estómago, nuestro estado de ánimo lo notará.
El aparato digestivo contiene 100 millones de neuronas que regulan el tracto intestinal. Estas neuronas junto con los nervios controlan movimientos del intestino, la secreción de sustancias digestivas o el flujo sanguíneo de esta parte de nuestro cuerpo. Por lo tanto, podemos considerar esta zona como nuestro segundo cerebro. Nuestras emociones o pensamientos están comunicados con el intestino. Esto provoca situaciones como tener el conocido ‘nudo en el estómago’.
Aparato digestivo y enfermedades neurológicas
Además, los últimos estudios en este campo, demuestran la relación entre el aparato digestivo y las enfermedades neurológicas.
En uno de ellos, la neurocientífica Sonia Villapol de la Universidad de Georgetown, demuestra en ratones que la composición bacteriana de los roedores se ve alterada después de un daño cerebral. Este experimento sirve para analizar la conexión entre los ictus y la flora intestinal. Controlar la flora, puede ayudar al cerebro a recuperase más rápido de las lesiones y a reducir estados de ansiedad y de depresión postraumática.
Otros estudios demuestran que el 95% de los niños que padecen TDAH o TEA, tienen problemas digestivos.
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Hábitos alimenticios para cuidar nuestros ‘dos cerebros’
Regular nuestros hábitos alimenticios de vez en cueando, no está de más. Una primera medida podría ser descansar una temporada del trigo, azúcar, lácteos o del alcohol.
Además, alimentos como el aguacate, los plátanos, las nueces, las semillas de calabaza, la cúrcuma, los huevos o el pollo son beneficiosos.
La base de nuestra salud mental es moverse más y comer de manera saludable. Deberemos comer productos frescos y evitar los envasados.
El deporte, la relajación, dormir ocho horas… todos estos hábitos ayudan a completar la fórmula mágica.
En definitiva, si nuestro estado de ánimo no es bueno, tendremos que analizar como está nuestro estómago. Antes de nada, deberemos empezar con hábitos de vida saludables y echando un vistazo a nuestra nevera. Seguro que con esto, nuestro estado anímico nos lo agradecerá.