En un concurso de belleza realizado en Arabia Saudí se descalificaron a 40 camellos por el uso de Botox, estiramientos faciales y hormonas para estimular los músculos de los animales.
El evento era el Abdulaziz Camel Festival, donde los criadores de los camellos competían por ganar 49 millones de libras en premios.
Fueron los jueces del evento que se realizaba en el desierto al noreste de la capital, Riad, los que detectaron los tratamientos utilizados en los animales. Lo hicieron mediante el uso de tecnología "especializada y avanzada" para la detección de pellizcos y pliegues.
Las autoridades descubrieron 43 camellos a los que sus dueños usaron hormonas para estimular los músculos, inyectaron Botox en la cabeza y los labios para agrandarlos, inflaron partes del cuerpo con bandas de goa y usaron rellenos para relajar sus rostros.
"El club está dispuesto a detener todos los actos de manipulación y engaño en el embellecimiento de los camellos", dijo la agencia de prensa saudita, agregando que los organizadores "impondrán sanciones estrictas a los manipuladores".
Y es que los camellos corren el riesgo de tener heridas horribles. El pasado mes de agosto se volvió viral una imagen en la que se veía a un camello con los labios rotos después de recibir un tratamiento de Botox para otro concurso de belleza.
Este evento convoca a miles de ciudadanos saudíes para presencia carreras, rebajas y otras festividades. El festival se realiza en una meseta rocosa del desierto que el gobierno ha designado como el lugar permanente para albergar los principales eventos.
Además, se presenta una subasta donde los mejores camellos se pueden obtener por millones de riales. También hay puestos de comida y tiendas de souvenirs, un zoológico de mascotas con los camellos más altos y más bajos del mundo y un museo con esculturas de arena de tamaño real de los camellos.
De igual forma, hay una tienda de campaña para la degustación de la leche de camello, ver tejidos de peo de camello y un planetario que muestra cómo los árabes cabalgan en camello por el desierto cuidado por las estrellas.
Mohammed bin Salman, príncipe heredero y fundador del Camel Club en 2017 por medio de un decreto real, ha sido el encargado de ampliar el 'pueblo patrimonial'.
El objetivo de estos festivales es preservar el papel del camello en la tradición el patrimonio beduino del reino.
En Arabia Saudí la cría de camellos es una industria de millones de libras y este tipo de eventos se pueden encontrar por toda la región.
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