El Párkinson es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta al movimiento con síntomas que empiezan de forma gradual.
Aunque pueda empezar con un simple temblor poco perceptible en una mano, esto avanzará si no se toman medidas. Además, aunque los temblores sean lo más habitual, también causa disminución del movimiento y rigidez, impidiendo a los enfermos en ocasiones llevar una vida normal.
Así las cosas, el Párkinson podría empezar a ver como le sale un duro competidor en forma de tratamiento. Gracias a una investigación publicada en la revista “Nature”, se han podido detectar que las neuronas afectadas por la enfermedad no mueren, sino que van perdiendo facultades.
Este descubrimiento viene de la mano de un estudio internacional. Gracias a uno de sus modelos en ratones modificados genéticamente ideado en 2015, se han conseguido abrir nuevas vías de investigación para la enfermedad.
Cerca del tratamiento
La investigación, ha conseguido destacar que la principal causa del Párkinson se encuentra en la degradación de mitocondrias. Estas, que son unos orgánicos que se encuentran dentro de las células, se encargan de la respiración de esta y parecen tener relación directa con la enfermedad.
Los ratones de la investigadora española tienen modificados de forma intencionada las mitocondrias de las neuronas en la sustancia negra, es decir, una pequeña parte del cerebro, que cuando se afecta empieza a mostrar el Párkinson.
Así, los primeros síntomas de la enfermedad se van haciendo visibles y las neuronas de esta sustancia empiezan a segregar dopamina. Esta última sirve para controlar el movimiento y cuando las mitocondrias no funcionan de forma correcta aparecen los síntomas del Párkinson.
Aunque en el mundo científico los tiempos son pausados, cierto es que en los últimos años todo evoluciona más rápidamente y se podría acabar viendo una solución temprana.
Fuente: Diario La Razón España