El ex jugador del FC Barcelona y la selección española de fútbol, decidió hace tres años continuar con su carrera en Japón. El nivel competitivo en el que se desenvuelve el futbolista manchego es menor pero no así sus ingresos los cuales se mantienen boyantes gracias a sus diversos negocios.
La revista Forbes lo posicioné dentro de los 50 deposrtista que más dinero ingresaron el año pasado.
En el último año, según la revista, ingresó 34 millones de dólares, de los que casi un 90% procedían de su contrato con el Vissel Kobe. Allí, el de Fuentealbilla fue alabado por su talento con la pelota pero también por la repercusión y la buena prensa con la que llegaba al país nipón, dos detalles que en su club están sabiendo rentabilizar.
No obstante, es una relación beneficiosa para las dos partes, y no solo por los emolumentos que percibe el albaceteño. Su estancia en Japón le está sirviendo a Andrés para consolidarse como imagen de Rakuten y también para abrir una nueva vía comercial para uno de sus negocios más famosos: las Bodegas Iniesta. Los vinos de origen español tienen una gran acogida en el Lejano Oriente y los productos del manchego se están comercializando con un gran valor gracias también a su papel con el club.
Iniesta, durante muchos años, exhibió un fútbol fantástico con el balón prácticamente pegado a su bota, siempre un modelo de la firma Nike. Sin embargo, después de aterrizar en Japón se despidió de la marca norteamericana y apostó por Asics, empresa japonesa de la que también ha sido consejero. Y no fue su única alianza en aquellas tierras, pues también se convirtió en imagen de grandes multinacionales como Nissan o Sony.
Ahora, tanto Andrés Iniesta como su mujer, Anna Ortiz, están embarcados en un ilusionante proyecto que lleva por nombre Mikakus y que consiste en una marca de zapatillas.
"Hace años que tenía en la cabeza hacer algo de 'bambas'. Surgió Mikakus, la firma se fue consolidando, entró Anna en el equipo y trabajamos juntos a nivel de imagen y ella también en el departamento de producto. Por ahora yo no diseño", confesó el futbolista para la revista Vanity Fair.
El de Fuentealbilla continúa labrando un buen futuro para cuando cuelgue las botas, aunque todavía le quedan por lo menos dos años más en Japón: "Estos dos años seguiremos intentando disfrutar de todo y ser profesionales en lo que nos toca. Estamos muy a gusto aquí".
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