La firma alemana CureVac desarrolló una vacuna contra el Covid-19 que está en fase III, muy cerca de recibir la aprobación para su distribución. Las ventajas logísticas que ofrece la convierten en una solución viable para los países que no han tenido acceso a las otras vacunas que circulan actualmente.
Durante la mayor parte del 2020 la ciencia avanzó con el desarrollo de las vacunas, incluso probando tecnología que nunca había sido utilizada antes, con las dos primeras vacunas hechas con tecnología de ARN, como lo son las de Pfizer-BioNTech y Moderna. Sin embargo, muchas partes del mundo, incluidas aquellas con un número elevado de muertos hoy no han tenido acceso a ellas, en parte porque requieren es difícil su logística y almacenamiento en congeladores ultrafríos.
Ahora, una tercera vacuna de ARN puede ayudar a satisfacer esa necesidad global y brindar protección a millones de personas en países lejanos y pobres. Una pequeña empresa alemana llamada CureVac está a punto de anunciar los resultados de su ensayo clínico en Fase III. La semana que viene, el mundo puede saber si existe una nueva vacuna segura y eficaz. CureVac pertenece a lo que muchos científicos denominan la segunda ola de vacunas COVID-19 que podrían aliviar colectivamente la demanda mundial.
“La firma biotecnológica alemana CureVac cree que la Unión Europea podría aprobar su vacuna contra el COVID-19 a finales de mayo o junio”, dijo un portavoz en el diario Augsburger Allgemeine. “Ya estamos muy avanzados en los ensayos clínicos de Fase Tres y estamos esperando los datos para el paquete final de aprobación”, dijo el portavoz Thorsten Schueller que agregó que Curevac sigue planeando producir hasta 300 millones de su vacuna este año.
Los expertos en vacunas tienen especial curiosidad por ver los resultados de CureVac, porque su inyección tiene una ventaja importante sobre las otras vacunas de ARN de Moderna y Pfizer-BioNTech. Si bien esas dos vacunas deben mantenerse en un congelador profundo, la vacuna de CureVac se mantiene estable en una heladera, lo que significa que podría entregar más fácilmente el poder recién descubierto de las vacunas de ARN a las partes del mundo más afectadas.
Para el cofundador de CureVac, el biólogo Ingmar Hoerr, el ensayo de la vacuna COVID-19 de la compañía es la culminación de un cuarto de siglo de trabajo con ARN, una molécula que ayuda a convertir el ADN en las proteínas que hacen el trabajo de nuestras células.
Los investigadores de CureVac también descubrieron cómo colocar las moléculas de ARN en burbujas grasas para protegerlas de la destrucción en su viaje hacia las células. Y quizás lo más importante, utilizaron una forma de ARN que podría permanecer estable a temperaturas relativamente cálidas. En lugar de requerir un congelador, la vacuna de CureVac podría simplemente refrigerarse.
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