El actor David Hasselhoff, de 68 años, está más vigente que nunca. La estrella que le dio vida a Michael Knight en la serie "El auto fantástico" o al experimentado salvavidas Mitch Buchannon en "Guardianes de la bahía", aceptó participar en una producción alemana en la que interpreta a una parodia de si mismo que se ve “atrapado en medio de una conspiración internacional de asesinos de la Guerra Fría” mientras protagoniza una obra de teatro en Berlín.
En Ze Network, su nueva serie de televisión, el intérprete dará vida a una parodia de sí mismo que se ve “atrapado en medio de una conspiración internacional de asesinos de la Guerra Fría” mientras protagoniza una obra de teatro en Berlín. El proyecto es la última prueba de su estatus de meme andante, que ha cultivado sin pudores ni complejos, y que otro puñado de viejas glorias tratan replicar también para mantenerse vigentes en la industria.
“Realidad o ficción, tú decides”. La apuesta con la que Hasselhoff describió el espíritu de Ze Network podría aplicarse a su carrera profesional más reciente, centrada en explorar las fronteras de la metaficción con ese simbionte entusiasta y pasado de vueltas que paga hoy sus facturas. Además de haber hecho de sus cameos en películas tan dispares como Guardianes de la Galaxia y Fuga de Cerebros 2, en la serie Hoff the Record interpretaba a otra caricatura de su personalidad que se mudaba a Londres para tratar de resucitar su carrera en la industria británica. En Killing Hasselhoff, filme de 2017, se convertía en el objetivo del dueño de una discoteca que buscaba liquidarle para pagar una importante deuda económica. “The Hoff genera mucho más dinero que Hasselhoff, así que voy allá donde va él”, reconoce pragmático el actor.
“Me parece una salida inteligente y audaz para estas estrellas del pasado. Es eso, o que les rescate un director de éxito y les devuelva un poco de dignidad”, explica a ICON el periodista Álvaro Corazón Rural, que allá por 2018 firmó en Jot Down una semblanza sobre el éxito musical del actor en Europa a finales de los ochenta. “El gran capital hoy en día de un artista es la atención que pueda generar en torno a él. Todas las grandes estrellas, ya sean consagradas, meritorias o decadentes como Hasselhoff, gozan de ese capital, no necesitan empezar de cero y lo pueden rentabilizar de muchas maneras como estrategia de marketing”, añade.
“Vivimos en una época de retromanía que se multiplica de forma exponencial”, añade Álvaro Corazón. “Se reivindica el pasado a todos los niveles, todas las décadas, y nos resulta divertido ver lo cutre que era y los valores tan casposos que solía encarnar el personaje. Su reivindicación forma parte de esta especie de fiesta decadente que celebramos ahora”.
Fuente: El País
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