Neymar volvió a quedar en el centro de la escena por cuestiones extrafutbolísticas.
En esta ocasión son las “ruidosas” fiestas que organiza el delantero brasileño del Paris Saint Germain en su mansión en la localidad de Bougival, a las afueras de la capital. La celebración de su cumpleaños número 35, el pasado 5 de febrero, fue el gran detonante para que los vecinos llamaran a la policía.
El diario Le Parisien publicó una entrevista con el alcalde de Bougival, Luc Wattelle, que tiene su casa cerca de la del deportista. El dirigente político se quejó y lo calificó como “un individuo sin respeto” por los vecinos.
“No era sólo un fondo sonoro, era prodigiosamente molesto”, explicó e insistió en que no es la primera vez en que el ex Barcelona y Santos se hace notar. Por ejemplo, rememoró la fiesta que organizó para celebrar el último título del PSG en la Ligue, con un agasajo que duró hasta las 5 de la mañana.
El rotativo informó que la reunión en un restaurante junto a varios de sus compañeros de equipo fue “una fiesta que se presenta como discreta en comparación con las coloridas fiestas de su cumpleaños en sus primeros años en París”.
El alcalde tampoco ocultó su desazón ante esta situación ya que para el internacional brasileño una multa de 135 euros por falta de civismo no tiene ningún efecto, teniendo en cuenta lo que gana en el PSG. “Podemos verbalizar, pero ¿qué se hace ante alguien a quien realmente no le importa pagar una multa de 135 euros dado lo que gana? En algún momento le enviaremos un expediente al fiscal por problemas reiterados de orden público”, advirtió.
El domingo pasado, desde primera hora de la tarde, una vecina de la residencia de cinco plantas que Neymar ocupa desde que llegó al PSG en 2017, avisó de que algo se preparaba en una cuenta de Facebook que se utiliza para poner informaciones en común con otros habitantes del barrio. El tono de los mensajes fue creciendo conforme pasaban las horas y algunos decidieron llamar a las fuerzas del orden, primero a la Policía Municipal y luego a la Policía Nacional.
Los agentes que acudieron les dijeron que la fiesta se iba a terminar a las 21.00 horas, pero los testimonios recogidos por Le Parisien afirman que a las 23.45 todavía se escuchaba el “¡Cumpleaños feliz!”.
Luc Wattelle también lamentó “la falta de diálogo” con la estrella del PSG. “Ha estado allí durante seis años y nunca le hemos visto la punta de la nariz. Es una pena, por ejemplo, no haberlo visto nunca en los campos de fútbol de Bougival con los jóvenes”, concluyó.
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