Los guardametas entrenan a diario para evitar que sus equipos reciban goles. Para ellos no es motivo de orgullo que les anoten, más bien todo lo contrario. Sin embargo, hay excepciones, que incluso han sido aprovechadas por algunos porteros para sacar provecho en ámbitos extradeportivos.
Pelé anotó 1.283 goles en su carrera, 762 de los cuales en partidos oficiales. Con el Santos, marcó 1.091 goles, 643 en partidos de competición. Y muchos de estos goles se han marcado para la eternidad: los decisivos, los que se marcaron en los Mundiales, los que se hicieron en jugadas increíbles, las goleadas, etc.
Lo curioso es que, por la dimensión de Pelé, hasta quienes las sufrieron quedaron marcadas por esto. Uno de los ejemplos fue el arquero argentino Andrada, del Vasco, eternamente reconocido como el arquero que sufrió el gol 1000 de Pelé, anotado en penalti en Maracaná.
Otra historia curiosa es la de Zaluar, el portero del Corinthians de Santo André quien recibió el primer gol profesional de Pelé el 7 de septiembre de 1956. Después de un tiempo en el fútbol, cambió de carrera y se convirtió en agente inmobiliario. En la nueva actividad, a Zaluar se le hizo una tarjeta de presentación que lo identificaba como “corredor inmobiliario y portero del primer gol de Pelé”.
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