Estados Unidos autorizó por primera vez a dos empresas a vender carne de pollo creada a partir de células animales, allanando así el camino para el consumo de este producto generado en laboratorio.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos revisó y aprobó las etiquetas de Upside Foods y Good Meat. Las empresas añadieron que esa carne de pollo estaría pronto disponible en algunos restaurantes.
Ambas compañías habían ya sido autorizadas por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) —reguladora de la calidad de esos productos— en noviembre, y el Departamento dio la semana pasada su visto bueno.
Carne cultivada del laboratorio a la mesa
“Esta aprobación cambiará fundamentalmente la forma en que la carne llegará a nuestra mesa”, dijo Uma Valeti, CEO y fundador de Upside Foods, en un comunicado. “Es un paso gigantesco hacia un futuro más sostenible que preserve la elección y la vida”, resaltó.
“Este anuncio de que ahora podemos producir y vender carne cultivada en Estados Unidos es un momento importante para nuestra empresa, la industria y el sistema alimentario. Hemos sido la única empresa que vende carne cultivada en cualquier parte del mundo.
“Ahora, está aprobada para vender a los consumidores de la economía más grande del mundo. Apreciamos el rigor y la consideración que tanto la FDA como el USDA han aplicado durante este histórico proceso regulatorio de dos agencias”, dijo Josh Tetrick, cofundador y CEO de Good Meat.
El primer pedido para un restaurante
En Estados Unidos, en virtud de la Ley Federal de Inspección de Carnes (FMIA) y la Ley de Inspección de Productos Avícolas (PPIA), todas las carnes y aves de corral vendidas comercialmente deben pasar la inspección para garantizar que sean seguras, saludables y estén debidamente etiquetadas.
Para lograr esto, el Servicio de Seguridad e Inspección Alimentaria (FSIS) del USDA coloca a los inspectores en mataderos y plantas de procesamiento, y por primera vez en la historia, asignará inspectores a Goog Meat y otras instalaciones de carne cultivada y aves de corral.
Tras la aprobación, Upside procesó su primer pedido, realizado por el restaurante Bar Crenn del chef Dominique Crenn, con tres estrellas Michelin, en San Francisco. Varias empresas aspiran a producir la llamada carne generada en laboratorio, que permitiría a las personas consumir proteínas animales sin los perjuicios medioambientales asociados con la ganadería y sin sufrimiento animal alguno.
La carne de laboratorio no es un sustituto vegetal
Los productos difieren de los sustitutos vegetales, como las hamburguesas de soja, que imitan la textura y el sabor de la carne pero no contienen proteínas animales. Crear carne en un laboratorio consiste primero en extraer células de un animal vivo o de un óvulo fecundado, para generar un banco celular que pueda conservarse congelado durante décadas. Esas células se desarrollan en tanques de acero donde se alimentan con nutrientes similares a los que comerían los animales.
Semanas después, el producto resultante se “cosecha” y se moldea como filetes de pollo. Aunque este tipo de carne es presentado como una alternativa respetuosa con el medioambiente, investigadores de la Universidad de California en Davis se opusieron en un estudio publicado el mes pasado, que aún no ha sido revisado por expertos.
Impacto ambiental
Consideraron que el impacto ambiental de la carne creada es probablemente superior, al menos en el caso de la carne vacuna, en función de los métodos de producción. Esto se debería a la energía requerida y a los gases de efecto invernadero emitidos en todas las etapas de producción.
Uno de los factores más significativos es el uso de “medios de crecimiento purificados” o los ingredientes utilizados para ayudar a las células animales a multiplicarse mediante métodos similares a los de las empresas de biotecnología para fabricar productos farmacéuticos.
“Si las empresas tienen que purificar los medios de crecimiento hasta niveles farmacéuticos, se utilizan más recursos, lo que aumenta el potencial de calentamiento global“, explicó el autor principal del estudio, Derrick Risner.