Hace dos días la euforia y la esperanza crecía en todo el mundo tras la noticia de que la vacuna de la farmacéutica Pfizer tenía un 90% de eficacia. Ahora Rusia hace lo propio anunciando que la suya, llamada Sputnik V, es mejor y ofrece una efectividad del 92%.
Los resultados iniciales han sido publicados por el Centro Nacional de Investigación en Epidemiología y Microbiología Nikolai Gamaleya, el organismo que ha desarrollado el fármaco y que depende del Ministerio de Sanidad de Rusia.
«El primer análisis de datos provisionales de la vacuna Sputnik V de los ensayos clínicos de fase III del Covid-19 en la Federación de Rusia demostró una eficacia del 92%», ha asegurado la cuenta oficial de la vacuna en Twitter (@sputnikvaccine).
«La singularidad de la vacuna rusa reside en el uso de dos vectores adenovirales humanos diferentes que permiten proporcionar una respuesta inmune fuerte y duradera después de la segunda inyección», añaden.
En un comunicado, el Centro Gamaleya han destacado que la vacuna contra el coronavirus Sputnik V ha demostrado «una alta eficacia» en los ensayos. «La confirmación se basa en los primeros datos preliminares de la tercera fase de ensayos clínicos de doble ciego, aleatorios y con control de placebo con 40.000 voluntarios», ha asegurado.
El Centro Gamaleya ha explicado que los ensayos han evaluado la eficacia de Sputnik entre «más de 16.000 voluntarios» que recibieron la vacuna o el placebo 21 días después de la primera inyección. «Como resultado del análisis estadístico de casos confirmados de coronavirus, la diferencia de casos entre los individuos vacunados y los que recibieron el placebo indica que la vacuna Sputnik V tuvo un porcentaje de eficacia del 92 por ciento tras la segunda dosis», ha señalado.
El Centro Gamaleya ha explicado que los datos serán publicados por sus investigadores en una publicación médica especializada tras una evaluación independiente realizada por expertos epidemiólogos.
«Hasta el 11 de noviembre no se han identificado reacciones adversas inesperadas en el marco de la investigación. Algunos de los vacunados han tenido incidentes adversos menores de corta duración como dolor en la zona de la inyección y síntomas similares a la gripe incluida fiebre, debilidad, fatiga y dolor de cabeza», ha señalado el centro que desarrolla la vacuna rusa.
En este sentido, ha recalcado que la seguridad de la vacuna rusa «está siendo constantemente evaluada», con análisis por parte del Comité Independiente de Supervisión, integrado por varios destacados científicos rusos.
La vacuna Sputnik V, financiada por el Fondo de Inversión Directa de Rusia (FIDR), consta de dos componentes: el primero se basa en el adenovirus humano tipo 26 y el segundo, en el adenovirus humano recombinante del tipo 5. La vacuna se administra dos veces, en un intervalo de al menos 21 días.
La vacuna de Pfizer
Un matrimonio alemán de humildes orígenes turcos está detrás de la noticia de la vacuna contra el coronavirus, que ha sorprendido al mundo por una supuesta eficacia del 90%, hasta disparar la cotización de los mercados a nivel mundial. Ugur Sahin y Özlem Türezi son los fundadores de BionTech, la biotecnológica alemana aliada con el gigante farmacéutico Pfizer, que han dedicado sus vidas a usar el sistema inmunológico como un aliado contra el cáncer y que ahora conforman la doble figura detrás de un fármaco que ha elevado la esperanza a todo el planeta tras varios meses de pandemia, según ha informado Reuters.
De raíces humildes e hijo de un inmigrante turco trabajador de una fábrica de Ford en Colonia, el director ejecutivo de BioNTech, Ugur Sahin figura ahora entre los 100 alemanes más ricos del mundo, junto a su esposa y miembro de la junta directiva Özlem Türeci, de 53 años, según el semanario Welt am Sonntag. El valor de mercado de BioNTech, que la pareja fundó y cotiza actualmente en el Nasdaq, se había disparado a 21.000 millones de dólares (más de 17.700 millones de euros) al cierre del viernes, desde los 4.600 millones de dólares (cerca de 3.900 millones de euros) de hace un año.
«A pesar de sus logros, Sahin nunca dejó de ser increíblemente humilde y agradable», dice Matthias Kromayer, miembro de la junta de la firma de capital de riesgo MIG AG, cuyos fondos han respaldado a BioNTech desde sus inicios en el año 2008 y da una imagen cercana de Sahin, del que dice que solía ir a las reuniones de negocios usando vaqueros, mochila y llevando su casco de bicicleta.