Existe un dicho por estos tiempos que dice que "no todos los héroes llevan capa", en referencia a aquellas personas que son capaces de arriesgar sus vidas con el propósito de ayudar a otros sin pedir nada a cambio, y una prueba de aquello ocurrió hace unos días en la ciudad de Phoenix, Arizona.
El protagonista de esta historia es Phillip Blanks, ex jugador de fútbol americano colegial, siendo estrella de la secundaria Kalamazoo Central en Michigan, e infante retirado de la Marina estadounidense, quien jamás pensó que la visita a la casa de un amigo terminaría por cambiarle la vida.
Un brutal incendio se producía en el tercer piso de un condominio, provocando gritos y conmoción que llamaron la atención del otrora deportista, quien fue más rápido que todos para arriesgar su vida y zambullirse al piso para rescatar a un niño de tres años que fue lanzado por su madre tras la explosión.
Lamentablemente, esta historia tuvo un final triste, ya que la mujer que arrojó a su niño, identificada como Rachel Long, de 30 años, finalmente falleció como consecuencia del incendio; mientras que el menor se encuentra en proceso de recuperación.
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