El insomnio podría convertirse en un indicio de demencia según un estudio que asocia la privación de una noche de sueño a mayores niveles de proteína Tau, considerada un biomarcador de esta patología.
La proteína Tau se eleva en sangre en varones jóvenes que pasaron una noche sin dormir, lo que sugiere una relación entre la privación de sueño y el Alzheimer.
Es la conclusión principal de una nueva investigación llevada a cabo en la Universidad de Upsala, en Suecia, que vincula las largas noches de vigilia a este trastorno neurológico.
"Muchos de nosotros experimentamos privación de sueño en algún momento de nuestras vidas sea por un jet-lag, preparando algún proyecto, o bien cubriendo turnos de trabajo, ha contado Jonathan Cedernaes, autor principal de la investigación, “pero nuestro estudio exploratorio muestra que incluso en individuos jóvenes, sanos, perder una sola noche de sueño eleva el nivel de Tau en sangre, lo que sugiere que a lo largo del tiempo, la privación de sueño podría tener efectos dañinos".
Un pequeño estudio
Para demostrarlo, realizaron análisis a 15 varones sanos de 22 años de edad que solían dormir entre 7 y 9 horas cada noche.
En la primera fase de la investigación se tomaron muestras de los niveles de la proteína en sangre mientras los participantes mantenían sus hábitos de sueño y alimentación normales. Luego midieron esos niveles tras pasar en blanco una noche en la que estuvieron viendo películas, jugando con videojuegos o charlando.
El aumento de Tau registrado fue del 17 por ciento tras la noche sin dormir, frente al 2 por ciento de incremento cuando se había dormido bien. Los investigadores buscaron cambios en otros marcadores de Alzheimer sin éxito.
Avalado por grandes investigaciones
Aunque este trabajo cuenta con limitaciones importantes ya que la muestra es reducida y no incluye a mujeres, existe evidencia previa del impacto del sueño en la salud mental.
De hecho, investigadores del Barcelona Beta Brain Research Center (BBRC) de la Fundació Pasqual Maragall han descubierto que las personas con insomnio tienen un peor rendimiento cognitivo y un menor volumen en algunas regiones cerebrales. Esto genera cambios en la estructura cerebral que son congruentes con las etapas iniciales de la enfermedad de Alzheimer,
”Estos hallazgos sugieren la presencia de procesos de inflamación cerebral que podrían tener un papel clave en la asociación entre la calidad del sueño y el Alzheimer”, destacó Oriol Grau, primer autor del estudio.
Publicado en la revista Alzheimer’s Research and Therapy, este trabajo describe cambios en la sustancia blanca cerebral que podrían sugerir la presencia de inflamación cerebral, tras analizar datos de calidad de sueño, pruebas cognitivas y neuroimagen de 1.683 adultos cognitivamente sanos -615 con insomnio- que participan en el Estudio Alfa.
Los resultados muestran que el insomnio se relaciona con un peor resultado en pruebas cognitivas, con una reducción en funciones ejecutivas como, por ejemplo, la memoria de trabajo.
Y también, gracias a imágenes de resonancia magnética, que los participantes con insomnio presentan un menor volumen en algunas regiones cerebrales, como la del precúneo y el córtex cingulado posterior, que se encuentran afectadas en etapas tempranas de la enfermedad.
¿Qué dicen los expertos?
Son muchas las voces que asocian insomnio y Alzheimer. De hecho, neurocientíficos de la Universidad de California-Berkeley (EE.UU) aseguran que los patrones de sueño pueden predecir la acumulación de proteínas patológicas relacionadas con el Alzheimer en el futuro, y añaden que la disminución en las horas de sueño a lo largo del envejecimiento, desde los años 50 hasta los 70 se relaciona con niveles más altos de β-amiloide (otra proteína asociada con esta terrible enfermedad) y Tau a largo plazo.
En definitiva, los cambios en la actividad cerebral durante el sueño y la cantidad de sueño durante estos períodos de tiempo podrían servir como una advertencia de la enfermedad de Alzheimer, permitiendo así una atención preventiva temprana.