El ciclista Josef Cerny (CCC Team) ha ganado este viernes la decimonovena etapa del Giro de Italia, disputada finalmente entre Abbiategrasso y Asti sobre 124,5 kilómetros, tras acortarla la organización ante la negativa del pelotón a afrontar los 258 kilómetros iniciales, en una jornada fría y con lluvia puntual en la que el checo se impuso, en solitario, desde la fuga.
El neerlandés Wilco Kelderman (Sunweb), que se enfundó la maglia rosa en la jornada anterior, se mantiene líder por delante del australiano Jai Hindley (Subweb), a 12 segundos, y del británico Tao Geoghegan (Ineos), a 15. El español Pello Bilbao (Bahrein-Mc Laren) es cuarto a 1:19 y el portugués Joao Almeida (Deceuninck-Quick Step) quinto a 2:16.
Cerny logra su tercera victoria en 2020, la séptima en su carrera profesional, y lo hizo metiéndose en la escapada del día y atacando a sus compañeros, con gente de entidad como Victor Campenaerts (NTT) o Simon Clarke (EF Pro Cycling), a más de 20 kilómetros de la meta.
No hubo demasiado entendimiento entre sus perseguidores, con una ventaja que rondaba los 20 segundos y que, con un poco más de relevos y ganas, se habría anulado. No fue así, y Cerny festejó su triunfo. Una escapada en la que se metió el español Albert Torres (Movistar), séptimo en meta.
Pero, en este día oscuro en muchos sentidos, la noticia fue el 'motín,' el pulso, que el pelotón impuso a un Giro que aceptó acortar la etapa a regañadientes. De la etapa más larga de la 'Corsa Rosa' se pasó a una corta, de apenas dos horas y media, bajo el argumento del mal clima y del cansancio acumulado y el peligro sanitario.
Se iba a dar la salida original pero los corredores, que venían negociando con el Giro desde el final de la etapa previa, marcada por el ascenso al nevado Passo dello Stelvio, se negaron a ello. Al final, enlace en bus hasta la nueva salida y 'etapita' a ritmo de crucero para el grupo de favoritos, que no hizo nada ni para batallar con la fuga.
Este sábado, penúltima etapa y penúltima ocasión de batalla por la 'maglia rosa'. Tras el espectáculo, en otro sentido al habitual, de este viernes, la vigésima etapa partirá de Alba y llegará a Sestriere, en un recorrido también modificado pero esta vez por la imposibilidad de correr en Francia, debido a restricciones sanitarias por el coronavirus.
Se tenía que subir el Colle dell'Agnello (21,3 kilómetros y media del 6,8 por ciento de desnivel), el Col d'Izoard y el Col de Montgenèvre (8,4 kilómetros al 6%), antes de la subida final a Sestriere (11,4 kilómetros al 5,9%). Finalmente, serán tres los ascensos al pueblo piamontés, último final en alto de este Giro. Tras ello, sólo la crono de 15 kilómetros en Milán podrá modificar la general.