La ciclista estadounidense Barbara Gicquel, de 80 años, fue suspendida un año por doping y desposeída de un récord mundial de su edad tras dar positivo en un control el año pasado.
La Agencia Estadounidense Antidopaje (USADA) sometió a la ciclista a un control el 29 de agosto del pasado año, después de que Gicquel estableciera el récord mundial de 500 metros contrarreloj para el grupo de edad de entre 75 y 79 años, pero el análisis de la muestra reveló la presencia de metabolitos de methyltestosterona, un producto anabolizante prohibido.
La veterana ciclista alegó que estaba tomando un medicamento que contenía esa sustancia desde marzo de 2005 y solicitó una exención terapéutica retroactiva, pero la USADA no la aceptó y resolvió anular todos sus resultados desde el 29 de agosto de 2015, la fecha en la que Barbara supo que la medicación contenía una sustancia prohibida", precisa la agencia.
La solicitud de exención fue denegada -explica la USADA en un comunicado- "porque la documentación aportada no demuestra una condición médica que exigiera el uso de methyltestosterona" y apunta que su uso "perseguía un beneficio atlético adicional más allá de la recuperación de su salud".Con la descalificación, la ciclista pierde también los títulos nacionales de persecución individual, esprint y contrarreloj.
"A nivel emocional, fue un viaje en montaña rusa", le dijo Gicquel a The Washington Post en un correo electrónico, "Fue un período lleno de ansiedad, algo de depresión e incredulidad de que creían que que me estaba dopando, en lugar de simplemente tratar de vivir", agregó.
"Competir me motivó siempre a trabajar duro. Ha sido muy divertido correr, así que he trabajado duro casi a diario para poder hacerlo bien", amplió Gicquel.
La ciclista señaló que hace cinco años se enteró que Estratest contenía una sustancia prohibida, pero sintió que probablemente no la descalificarían debido a su baja dosis y a su avanzada edad. En su apelación, escribió: "Era fácil justificar que, dado que la lista se confeccionó pensando en las jóvenes atletas de élite, en realidad no estaba pensada para mujeres mayores como yo, así que seguí tomándola según lo prescrito, temiendo que si no lo hacía, mi condición podría empeorar y podría perder mi salud e incluso mi vida antes de lo necesario".
Después de años de fumar y varios episodios de bronquitis, sintió que el medicamento le estaba brindando importantes beneficios para la salud, aunque no deportivos. Es por eso que Gicquel no lo incluyó en su lista de medicamentos que presentó antes de competir en agosto pasado. "Desafortunadamente, a la USADA no le importa que haya tomado una pequeña cantidad por razones de salud válidas. Solo importaba que lo había tomado sabiendo que estaba en la lista de sustancias prohibidas".
Fuente: Diario La Nación Argentina