Los morados siguen abajo en la tabla de posiciones, sin embargo, los resultados de los otros equipos (San Carlos, Cartaginés. Grecia, Sporting y Guadalupe) que están por encima fueron negativos y ninguno de ellos pudo conseguir la victoria. Hace una semana todo era oscuridad, pero los últimos seis puntos cosechados han hecho aparecer una luz en el firmamento que da pie a la feligresía morada de poder aspirar a entrar en la fiesta por el título.
Durante el andar del campeonato los tibaseños eran un equipo sin identidad de juego, una escuadra sin alma que se dejó muchísimos puntos en el camino. Desde que el técnico Jeaustin Campos se hizo del equipo y las semanas de trabajo han ido transcurriendo al conjunto morado se le va viendo de nuevo estructura de juego y mayor cohesión.
Desde la llegada del estratega, solo el encuentro frente al Cartaginés se vio un conjunto morado errático y sin ideas. Frente al Herediano se vieron esbozos de juego interesante que fueron dilapidados por una expulsión tan rigurosa como absurda. Ante el conjunto santista, dos desatenciones defensivas dieron al traste con el manejo hecho en los primeros 45 minutos, no fue sino hasta enfrentar al máximo rival la Liga Deportiva Alajuelense, en donde se dio con la tecla definitiva (línea de 3 en el fondo y laterales profundos, así como una media cancha con ida y vuelta), en donde el equipo tomó confianza y lo logró certificar el día de ayer con otra victoria frente a los pezeteros.
Desde esta columna fuimos muy críticos con una lista de jugadores, los cuáles estaban dando un rendimiento sumamente bajo para lo requerido en el Saprissa, pues uno de ellos es Ariel Rodríguez que ayer se destapó con un doblete y además fue una verdadera pesadilla para la zaga visitante. Se movió por todo el frente del ataque, buscó asociarse con sus compañeros; cuando el samurái anda de dulce, los tibaseños lo agradecen pues el único delantero que tiene el gol en la sangre. Otro que hizo un partido descomunal fue Ricardo Blanco; al lateral morado le favorece la línea de tres en el fondo pues esto le permite tener mayor recorrido en su banda y ser un verdadero puñal para las defensas. Suyas fueron las mejores acciones ofensivas por banda derecha.
Cuatro fechas restan para la finalización de la fase regular, lo que se le viene al Deportivo Saprissa en las próximas dos semanas son verdaderas finales. Especialmente el próximo miércoles cuando visite a la escuadra de Guadalupe que es dirigida por el ídolo tibaseño Walter Centeno. Recordamos además que se jugará en el estadio Colleya Fonseca, un reducto que no le sienta bien a los dirigidos por Campos, sin embargo, la esperanza de alcanzar la tierra prometida pasa por cosechar la victoria y rezar porque los otros equipos sigan restándose unidades.
El Saprissa es un equipo que aún se encuentra en cuidados intensivos, pero si logra salir de esta situación, por su casta e historia se convertiría en un serio contendor al título y en un conjunto que nadie quiere toparse en segunda fase, más con un técnico que sabe jugar estas series de ida y vuelta mejor que nadie.
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