Fiesta en las gradas, familias felices y toda la economía del fútbol activándose nuevamente después de pasar dos años por un largo túnel.
El Saprissa tiene un gigante dentro de su escuadra que mueve pilares fundamentales dentro del equipo. Con el regreso de Kendall Waston los dirigidos por Iñaki Alonso recuperaron nuevamente el orden defensivo y su líder dentro de la cancha. La influencia del gigante de ébano traspasa su relevancia más allá de la cancha. El coraje y pundonor que le impregna a sus compañeros resulta fundamental.
Los cachetazos que repartió la semana pasada a sus compañeros después de la victoria frente a Sporting son claros síntomas de un líder que quiere despertar en sus compañeros ese espíritu guerrero y combativo que siempre ha caracterizado a los jugadores morados. Por algo su técnico le ha dedicado palabras de elogio al exmundialista y anotador de Rusia 2018; todos los estrategas sueñan con tener un elemento en su plantilla con las características deportivas y personales de Waston.
El juego de este domingo no pasará a los anales de la historia por su vistosidad o por la calidad de partido, sin embargo, los tres puntos conseguidos el día de ayer valen oro, para una escuadra tibaseña que aún necesita mejorar en muchas facetas de su juego colectivo. Como ya lo mencioné en una columna anterior, se corrige más fácil con victorias en la bolsa que sumando decepciones. El Saprissa sigue adoleciendo de ser un equipo predecible y lento, pero, jugar a 34 grados en Nicoya y con altos índices de humedad no resulta fácil para nadie. No hubiera sido lo mismo para el Saprissa entrar al parón FIFA con un empate y viendo de lejos la clasificación que como lo hizo ayer, con una victoria sobre la hora y teniendo la punta a tan solo cuatro unidades.
Los morados esperamos que en este tiempo de receso se logren recuperar los lesionados que tenemos pendientes (la vuelta de Ricardo Blanco se espera como agua de mayo). De los doce partidos que le restan a los tibaseños de la fase regular, siete de ellos se jugarán de local, sin embargo, es fundamental tener la plantilla completa para que el cuerpo técnico logre dar con la tecla de tener un mejor funcionamiento colectivo y el equipo no viva únicamente de los chispazos de sus jugadores, el domingo anterior fue Marvin Angulo con su golazo de larga distancia y contra los pamperos el panameño Víctor Medina resultó un verdadero incordio para los locales. Nota positiva nuevamente las anotaciones de los arietes Francisco Rodríguez y Ariel Rodríguez.
Quiero cerrar la nota de esta semana haciendo hincapié en cómo nuevamente aparecen quejas de los rivales por decisiones arbitrales que en teoría afectan sus intereses. Es algo que ya se volvió común en contra del Saprissa; se ha instaurado en el pensamiento colectivo que a los morados se les beneficia en jugadas que presentan dudas; los lloros de Josimar Arias el día de ayer le hacen un flaco favor a su equipo y especialmente al fútbol nacional. Nuestros dirigentes deberían tener más foco en mejorar su competitividad que en estar hablando de los arbitrajes cuyo desempeño muchas veces sin ser el mejor al menos es honesto en nuestro país.
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