En la historia reciente de la Selección de Costa Rica hay nombres que todavía generan un pequeño nudo en la garganta.
Jugadores que, por talento, oportunismo o simple destino, se convirtieron en villanos de partidos que marcaron eliminatorias.
Ahí están Carlos Pavón, el eterno goleador hondureño; Carlos “Pescado” Ruiz, figura histórica de Guatemala; o Jonathan Bornstein, protagonista de uno de los desenlaces más dolorosos rumbo a Sudáfrica 2010.
Ahora, a esa lista selecta de antagonistas se suma un nombre inesperado pero totalmente merecido: Johnny Placide.
El arquero que convirtió una eliminatoria en pesadilla
Placide, de 37 años, volvió a ser decisivo. Su actuación ante Costa Rica no solo sostuvo el triunfo de Haití, sino que dejó a la Tricolor al borde del abismo en el camino hacia el Mundial 2026.
En Curazao, Placide:
• Le sacó un mano a mano clarísimo a Alonso Martínez.
• Tapó tres remates con destino de gol en la segunda mitad.
• Impuso respeto en todas las jugadas aéreas.
• Desesperó a los delanteros ticos con su lectura del partido y su manejo de tiempos.
La Sele necesitaba encontrar un héroe. En cambio, encontró un verdugo.
Un villano con historia: Placide ya había sido pesadilla mexicana
Para Concacaf, Placide no es nuevo. En 2008, fue el responsable de eliminar a México del Preolímpico rumbo a Pekín con atajadas espectaculares y un penal detenido. Aquel episodio terminó con Hugo Sánchez fuera del banquillo.
17 años después, otro técnico mexicano, Miguel Herrera, hoy al mando de Costa Rica, vuelve a sufrirlo.
Placide tiene ese don raro de aparecer justo donde su nombre duele más.
Un portero con oficio, recorrido y carácter
• Nació en Francia, se formó en Le Havre, pasó por Stade de Reims, Oldham Athletic y clubes de Bulgaria.
• Desde 2021 es arquero del SC Bastia en la Ligue 2, donde sigue como titular.
• Para Haití, es más que un portero: es una figura de liderazgo, voz de experiencia y símbolo nacional.
Un nuevo capítulo en la galería de sombras de la Sele
Costa Rica ha tenido sus villanos históricos:
• Carlos Pavón (Honduras): el artillero que siempre nos vacunaba.
• Carlos “Pescado” Ruiz (Guatemala): experto en amargarnos partidos clave.
• Jonathan Bornstein (Estados Unidos): autor del gol que nos arrebató la clasificación directa en 2009.
A partir de esta eliminatoria, y tras su noche monumental, el nombre de Johnny Placide entra en esa misma conversación.
No con un gol, sino con algo quizás más desesperante: la imposibilidad de vencerlo.
Un villano inesperado… y justo cuando más dolía
Placide representa ese personaje que las historias del fútbol necesitan: el antagonista que aparece cuando los protagonistas creen tener controlado el guión.
Costa Rica lo ha sufrido. Haití lo celebra. Y la eliminatoria al Mundial 2026 ya tiene a su nuevo personaje central.


