Artiñano, que fue presidente de Saprissa de 1993 a 1998, cree que lo mejor sería mantenerla, pues ese grupo de aficionados se convierte en un elemento importante para el mercadeo de la institución.
¿Cuál es su opinión de la decisión de vetar a La Ultra del Estadio Ricardo Saprissa?
Es una decisión compleja y tomada a la ligera. Hay un mal diagnóstico de la prensa y la actual dirigencia. Se parte de un montón de mitos, mentiras y equivocaciones.
Se dice que el estadio debe volver a ser familiar, algo que no es cierto. En los años 70’s una mujer no podía asistir al sector de sol.
Se parte de mitos de que antes no había violencia y no es cierto. Antes de que llegara La Ultra, nos costaba conseguir un bus que nos llevara por ejemplo a Puntarenas porque siempre nos apedreaban el bus… En una ocasión en Cartago tuvimos que salir los jugadores y directivos en carros de la policía y así podríamos enumerar más situaciones.
Es mentira que por las barras las mujeres y niños están dejando de ir al estadio, pero es al revés, a raíz de las barras le comenzó a gustar a las mujeres ir al estadio. Hay una base equivocada y se toman decisiones equivocadas.
Es muy fácil lavarse las manos y decir saquemos a La Ultra del estadio.
En resumen, a usted no le parece la decisión de vetar a La Ultra…
Definitivamente no. Es una decisión apresurada. Que La Ultra exista es un elemento importante desde el punto de vista de mercadeo. Todos añoramos ir al estadio y verlo cantar.
No es lo mismo ver un partido de fútbol que participar en un partido de fútbol cuando se canta.
Es muy fácil lavarse las manos y decir que son unos gamberros. La responsabilidad de un dirigente es dirigir ese activo. Lo que pasó es el fruto de malas decisiones de Juan Carlos Rojas.
La receta suya es no vetarlos y estar cerca de ellos controlándolos. A usted no le gusta que descalifiquen a quienes componen La Ultra…
En una situación como la del domingo, hay que investigar qué pasó antes de tomar una decisión. Pero si usted lleva diez años descalificándolos, hace que la gente los vaya apartando. Uno puede revertir eso incentivando que haya un buen comportamiento.