Desde finales del pasado mes de abril que Boris Becker pasa sus días en la cárcel de Wandsworth, luego de haber sido condenado a dos años y medio de prisión por la Justicia británica por cuatro cargos ligados con su bancarrota personal.
El ex número 1 del tenis y ganador de seis torneos Grand Slam ocultó 2,5 millones de libras esterlinas (USD 3,16 millones) para evitar el pago de sus deudas. Desde entonces sus días son diferentes a lo que jamás hubiera imaginado.
Si bien no ha cumplido todavía un mes, el ex deportista alemán de 54 años ya no tolera el encierro y según una fuente cercana a su familia que habló con el portal The Sun, en un puñado de días presionó varias veces el botón de emergencia con el que cuentan las celdas: “Esto no es servicio de habitaciones”, le contestaron.
Su principal queja habría estado vinculada al encierro y al poco espacio con el que contaba. Por eso, habría pedido que dejaran abierta la puerta de las rejas, lo cual colmó la paciencia de algunos guardias. Ahora, se optó por trasladarlo a un nuevo bloque que, según explicó un ex recluso, es más “amigable”. “Tiene una supervisión más relajada. Los presos tienen más oportunidades de salir de sus celdas, por ejemplo, para trabajar, educarse, hacer deporte y socializar”, detalló.
Cabe recordar que la misma fuente cercana a Becker había contado algunos días atrás que el ex tenista le estaba dando clases de inglés a algunos de sus nuevos compañeros. Ese tipo de actitudes es bien vista dentro del sistema y permite conseguir beneficios como el cambio de bloque. Ahora, tendría más facilidades para pasar más tiempo en la biblioteca o en el departamento de educación.
El ex tenista deberá cumplir al menos la mitad de su condena en prisión, luego podría pedir libertad condicional. Según explica el sitio británico, él es optimista en conseguir antes de fin de año un traslado hacia una cárcel de su país bajo el Programa de Expulsión Anticipada del Gobierno en donde podría incluso solicitar rápidamente salidas en libertad condicional.
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En la actualidad, Becker se encuentra recluido en Wandsworth, una cárcel que fue construida en 1851 y en la actualidad alberga a más de 1.500 presos. Chris Arkins, ex documentalista de la BBC que pasó cerca de un año en esta prisión londinense por una causa similar a la de la leyenda del deporte alemán, describió en un artículo que publicó hace algunos años en el sitio Londonist a Wandsworth como un centro “tan peligroso que no era un lugar para albergar con seguridad a adultos, y mucho menos a adolescentes”. “Un niño fue enviado a Wandsworth por robar dulces y quedó tan traumatizado que se ahorcó”, contó.
Además, según los últimos informes el edificio no cuenta con las condiciones básicas de salubridad. “En una inspección reciente, la institución fue descrita como ‘desmoronada, superpoblada e infestada de alimañas’”, reveló el sitio Daily Mail.
Becker fue sentenciado a 30 meses de prisión, pero una vez superado los 15 podrá pedir libertad condicional. Declarado en bancarrota en 2017, el ex tenista fue condenado por cargos que incluyen sustracción de bienes, no revelación de patrimonio y ocultación de una deuda. Durante el proceso, la fiscalía afirmó que el alemán cobró 1,13 millones de euros (USD 1,22 millones) de la venta de un concesionario de automóviles Mercedes que poseía en Alemania, que ingresó en una cuenta bancaria profesional que utilizaba como su “hucha” personal con la que pagar compras de lujo y gastos de escolarización de sus hijos.
Fuente: Infobae