Simone Biles regresó y lo hizo para ganar una medalla. Aunque fue de bronce, ante los ojos de los aficionados alrededor del mundo obtuvo el oro por su coraje y resiliencia para enfrentar las dificultades que atrevesó en estos Juegos Olímpicos.
En aras de preservar su salud mental, la que estaba llamada a ser la reina de la Olimpiadas se retiró de las pruebas en las que se esperaba que triunfara.
Los críticos aprovecharon mientras compañeros olímpicos salieron en su defensa y apoyo. Mientras, Biles reflexionó y decidió en dónde reaparecer. La final de barra de equilibrio fue el escenario y la medalla de bronce el resultado final.
El oro fue para la china de 16 años Guan Chenchen con un 14.633 de puntuación y la plata para su compatriota Tang Xijing, con una puntuación de 14.233. El tercer lugar fue para Biles.
La norteamericana no dejó de sonreír desde el comienzo de la competición hasta el último segundo.
“Ya estaba orgullosa de mí misma simplemente por haber logrado estar ahí después de por lo que he pasado”, dijo luego.
“Ni esperaba ni buscaba una medalla. Solo quería estar aquí por mí, y eso es lo que hice”, agregó.
“Pensé que se me admiraba por las medallas, pero he comprobado que se me quiere por ser la persona que soy”, manifestó Biles.
Esta es la séptima medalla olímpica cosechada por Simone Biles en toda su carrera. Se estrenó en Rio 2016 y logró situarse como una estrella mundial de la gimnasia, no solo en Estados Unidos.
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